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Tránsito del indiferentismo al exámen. Existencia de Dios. Curado el buen pensador del achaque de indiferentismo, convencido profundamente de que la religion es el asunto de mas elevada importancia, debiera pasar mas adelante y discurrir de esta manera: ¿Es probable que todas las religiones no sean mas que un cúmulo de errores, y que la doctrina que las rechaza á todas sea verdadera?

La paz, que gracias á la Providencia gozan las Islas, aleja la zozobra de presenciar escenas de sangre y horrores. Después de lo anterior, ¿es ó no lógico, eso que se llama indiferentismo? ¿Hay en esto misterios?

Don Pío me amaba y don Josef, que había empezado por expresarme el más profundo desprecio, había pasado del indiferentismo al entusiasmo con una facilidad extraordinaria. Yo comenzaba a ser su ídolo.

El indiferentismo artístico, y las mas de las veces una crasa ignorancia, oponen dificultades inmensas al observador concienzudo para reconocer, desenmascarar y examinar cómoda y detenidamente sus partes. A los señores rector y beneficiados poco les importa que su iglesia sea ó no visitada y elogiada por los arqueólogos.

Filipinas donde hay que estudiarlo, es en sus dilatadas pampas, en sus bosques vírgenes, en sus campos de impenetrables cogonales; allí bajo la palma ó la bonga vive y muere el indio en su primitivo estado, con su dulce carácter, su notable indiferentismo y su felicidad no perturbada por las exigencias que aumentan al par que la civilización crece.

El genio de la inconstancia sustituye al dios de los amores; y la que momentos antes era la esclava, torna á ser señora y deja el nido y al amante sin amor, sin pena y sin recuerdos. La india posee el indiferentismo en un grado tal, que todo le importa poco. El amor propio suele adormecerla alguna vez, pero el despertar es momentáneo.

La escesiva tolerancia, ó por mejor decir, la esclusion de toda religion dominante en el Estado, producia su fruto, y el Asia central volvia al indiferentismo filosófico que desde Confucio la venia incapacitando para todo progreso moral y político.

La casi carencia en el indio de esas prematuras y plateadas hebras, recuerdo de otras tantas lágrimas, prueba, que en su mente hay una gran fuerza de conformidad, que la mayor parte de las veces lo conduce al indiferentismo. ¿Será esto producto de una inquebrantable y poderosa fe, ó derivación de su temperamento? ¡Arcano insondable que solo Dios lo sabe, mas es lo cierto, que felices ellos mil veces que á la vista de una gran desgracia se quedan dormidos murmurando su concluyente y consolador talagá nang Dios, no conociendo las interminables noches de insomnios, en que se lucha con un insistente y doloroso recuerdo!

El espíritu de Ambrosio flotaba en el mundo del indiferentismo, sin que le atormentase ninguna clase de ambiciones, puesto que ignoraba el ancho campo y el dilatado más allá, que se extendía tras la cerca de palmabraba que resguardaba la casa. Allí vivía, sin recuerdos del ayer, sin aspiraciones del hoy, ni intranquilidad ni zozobra para el mañana.

Pronunciando el aco ang bahala, emprende todos los actos de su vida; y murmurando el talagá nang Dios, arroja el primer puñado de tierra sobre los últimos restos de la que le dió el sér, ó sigue con estóico indiferentismo el féretro del fruto de sus amores, sin que jamás se le ocurra protestar ni con la lengua ni con los ademanes de su profunda y filosófica frase.