United States or Mauritania ? Vote for the TOP Country of the Week !


Si bien la significación de esta entrega, que no se me debía, me era del todo incomprensible, me guardé de mostrar una sorpresa inconsiderada; pero desenvolviendo los paquetes, me aseguré por medio de algunas preguntas indirectas, que esta suma constituía las arras del arrendamiento, ó en otros términos la gabela que tienen por costumbre los arrendatarios ceder al propietario en cada renovación de contrato.

Íbanse acercando a un teatro que a un lado del prado estaba, adornado de alfombras y ramos, adonde se habían de hacer los desposorios, y de donde habían de mirar las danzas y las invenciones; y, a la sazón que llegaban al puesto, oyeron a sus espaldas grandes voces, y una que decía: -Esperaos un poco, gente tan inconsiderada como presurosa.

La señora Hellinger desconfiaba de él, le decía en su cara que siempre había maquinado intrigas con la muerta, y a sus espaldas agregaba que, si no hubiera prescripto soluciones de morfina de una violencia inconsiderada, la pobre Olga habría vivido en paz mucho tiempo todavía. Poco faltaba para que echara sobre el viejo amigo de la casa la responsabilidad de la muerte de su sobrina.

Sospechas, reproches, escenas violentas; ¿es así como comprende usted el amor? me preguntó. Si piensa usted ser un marido escamón y tiránico, es tiempo aún de decirlo. Y si usted ha de ser una mujer inconsiderada y ligera, que da lo mejor de misma al primero que se presenta...

En oprimir tan inconsiderada i fieramente á los hebreos obraron los godos como el caballo que es amedrentado en una tormenta por los rayos que bajan desprendidos de las nubes, i que corre desbocado por salvarse, sin ver por donde camina, hasta que impelido por su misma furia se precipita sobre un caudaloso rio que va en aquella sazon hinchado con las continuas lluvias i mucho mas soberbio que suele, á perder en el mar sus aguas i su nombre.

¡Oh cruel e inconsiderada mujer -decía-, con qué facilidad te moviste a poner en ejecución tan mal pensamiento! ¡Oh fuerza rabiosa de los celos, a qué desesperado fin conducís a quien os da acogida en su pecho! ¡Oh esposo mío, cuya desdichada suerte, por ser prenda mía, te ha llevado del tálamo a la sepultura!

Lo último no se echa de ver en él, puesto que su defecto capital es su extensión inconsiderada y la acumulación de episodios, que ahogan el curso de la acción principal.

Siempre igual, aun la desgracia tornó antipática, muriendo abandonado y pobre. »Hay que condenar á la personalidad, á la vez desordenada y atractiva, sagaz é inconsiderada, de ingenio agradable y de carácter ligero, rica de actividad, de imaginación, de vanidad, de pasión, de intriga; hay, no obstante, algo que conmueve en ciertos de sus sentimientos y en la magnitud de sus desdichas