United States or South Sudan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Comparadas con el ancho del arroyo, sus débiles ondulaciones son mil veces mayores que las más formidables é impetuosas olas del mar. Reflejados en el ondulado cristal de la superficie líquida, los árboles de la orilla, las ramas cruzadas y las nubes del cielo, se retuercen y desplazan en rítmicas curvas; el espacio infinito parece danzar sobre el centelleante espejo.

En el memorable tifón del 30 al 31 de Octubre de 1875, unidos estos ríos arrastraron en sus impetuosas corrientes más de 50 personas que habitaban en las faldas del volcán. Al N. del pueblo, y al otro lado del montecillo nombrado Mapagal nace el río Súfi, que recorre todas las sementeras de las visitas de la Misericordia y San Andrés yendo á desaguar por jurisdicción de Bacacay.

Si es preocupacion, ¿cómo es que sea general á todos los tiempos y países? ¿quién la ha comunicado al humano linaje? ¿quién ha sido tan hábil y tan poderoso, para lograr que la adoptasen todos los hombres? ¿cómo se ha conseguido que las pasiones, hallándose en posesion de la libertad, renunciasen á ella, admitiendo un dique que les impide desbordarse, recibiendo un freno que de continuo las detiene y molesta? ¿Quién fué ese hombre extraordinario, cuya accion alcanzó á dominar todos los tiempos y países, las costumbres mas brutales, las pasiones mas violentas, los entendimientos mas obtusos, que pudo difundir la idea de un órden moral por toda la faz de la tierra, no obstante la diversidad de los climas, de las lenguas, de las costumbres, de las necesidades, de la variedad en el estado social de los pueblos, y que consiguió dar á esta idea del órden moral, tal fuerza, tal consistencia, que se conserva al través de todas las vicisitudes, á pesar de los mas profundos trastornos, entre las ruinas de los imperios, entre las fluctuaciones y transmigraciones de la civilizacion, permaneciendo como una columna que no pueden conmover las impetuosas olas de la corriente de los siglos?

Fue todo obra de un segundo. A la luz oscilante de la lámpara lo vi vacilar, quererse asir enloquecido del vacío, y con un espantoso grito de ira y desesperación, caer al fondo de aquel negro abismo, donde las impetuosas aguas lo arrastraran hacia regiones subterráneas, desconocidas e inexploradas.

No se había acostado, pero las bujías, casi consumidas y colocadas sobre su escritorio, ponían de manifiesto que había velado la mayor parte de la noche... La ventana que daba sobre el abismo estaba abierta... Sobre el alféizar veíase todavía la huella de un pie... Bajo la ventana, las rocas que formaban el precipicio estaban teñidas de sangre, lo que nos hizo a todos sospechar que las aguas impetuosas del torrente habían arrastrado su cuerpo.

Sonaba el chapoteo de un objeto en el mar: una espuerta de residuos de cocina, un madero, un bote de conservas vacío, e inmediatamente se desplomaban, con las plumas encogidas, balanceándose sobre las ondulaciones oceánicas lo mismo que los cisnes de un lago. Y así que terminaban la exploración del objeto flotante o engullían los residuos, retornaban al buque impetuosas como proyectiles.

Las mejillas se enrojecían, expeliendo en su dilatación la capa de polvos de arroz; los ojos brillaban, los empellones y las corridas impetuosas parecían enardecerlas, como muchachas que se embriagan con la violencia de sus juegos, y en las expansiones a que se entregaban, acariciándose los inflamados rostros, besándose ruidosamente, parecía notarse algo de desprecio por los hombres que iban detrás.

Cascadas estupendamente atronadoras y magníficas que descienden impetuosas de lo alto de los Alpes; rios tormentosos, que corren gritando entre peñascos, salpicados de espuma, blanquísima como la plata; precipicios de mayor extension que la que puede medir el ojo humano; puentes como el del Diablo, perfectamente designado con ese nombre, por debajo del cual ruge con la poderosa voz de su cólera el impetuosísimo Reuss, que rompe entre piedras, con un espantoso ruido; abismos de profundidad espantosa; montañas de nieve del grueso de veinte y tres varas que amagan desplomarse: todo esto, reunido, forma el camino desde Fluelen hasta el Hospital.

Posesor de este lago artificial y de ese parapeto con sus esclusas movibles, el agricultor se convierte en director de las lluvias y sequías; impide á las aguas impetuosas correr en torrentes devastadores sobre los campos cultivados, prohibe al arroyo bajar en demasía su nivel durante la época de sequía, y le obliga á alimentar constantemente los canales de riego, llevando á los campos la frescura y la vida.

8 Con el soplo de tus narices se amontonaron las aguas; se pararon las corrientes como en un montón; los abismos se cuajaron en medio del mar. 9 El enemigo dijo: Perseguiré, prenderé, repartiré despojos; mi alma se saciará de ellos; sacaré mi espada, los destruirá mi mano. 10 Soplaste con tu viento, los cubrió el mar. Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.