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Ordena, además, ¡oh deidad poderosa! á todos los poetas españoles, que han dividido entre , como piadoso legado, la capa y el espíritu de su maestro Lope, que prosigan escribiendo comedias; y que Montalbán, tan aplaudido hasta ahora, no se deje arrastrar de la censura de cierto crítico, por haber sido demasiado complaciente con el público en su comedia La vizcaína, haciendo aparecer un mismo personaje bajo tres disfraces distintos; antes bien, que continúe escribiendo siempre, que siempre acertará como debe esperarse de tan inspirado poeta, y que sus obras alcanzarán la aprobación general, mientras imite á Lope su gran maestro.

Maldito lo que eso importa. Joven o no, me basto y me sobro para el caso dijo con burlona risa. ¿Cómo está su prisionero? ¿El Rey? Su prisionero, digo. ¡Ah, ! Había olvidado los deseos de Vuestra Majestad. Pues el preso vive todavía. Dejó su asiento, le imité y sonriéndose dijo: ¿Y qué tal la bella Princesa?

Los hombres y las mujeres coexistimos en la plaza pública. Vote usted, señora, imite usted a las matronas espartanas que se arremangaban las túnicas y declamaban en la ágora. ¡Mil votos por mi general! Señores, ¿quieren ustedes designar el siguiente candidato? preguntó el doctor. Por el doctor Trevexo, señores. Espero que todos me acompañarán a votar por él vociferó don Pancho.

Y para más honra suya Y de la comedia nuestra, En los días que Colón Descubrió la gran riqueza De Indias y Nuevo-Mundo, Y el Gran-Capitan empieza A sujetar aquel reino De Nápoles y su tierra, Á descubrirse empezó El uso de la comedia, Porque todos se animasen Á emprender cosas tan buenas, Heróicas y principales, Viendo que se representan Públicamente los hechos, Las hazañas y grandezas De tan insignes varones, Así en armas como en letras; Porque aquí representamos Una de dos: las proezas De algún ilustre varón, Su linaje y su nobleza, Ó los vicios de algún príncipe, Las crueldades ó baxezas, Para que al uno se imite, Y con el otro haya enmienda; Y aquí se ve que es dechado De la vida la comedia.

Me miraba como un perro a quien se ha salvado la vida, y mientras tanto, sus oscuras manos buscaban y rebuscaban en la faja y en los bolsillos. Esto casi me hizo arrepentir de mi generosidad, y mientras el gañán buscaba, yo metía mano en el cinto y empuñaba mi revólver. ¡Si creía pillarme descuidado! Tiró él de su faja, sacando algo, y yo le imité sacando de la funda medio revólver.

Para tener el derecho de examinarlo desde más cerca y más largo tiempo imité el gesto, las actitudes, la manera de mirar y hasta las pequeñas exclamaciones de aprobación de los aficionados prácticos en la materia de arte pictórico. Fingí apasionarme por la obra del pintor cuando en realidad no apreciaba ni adoraba otra cosa que el modelo.

Ahora recuerdo que mi amiga le está recomendando siempre que le imite a usted en las formas respetuosas para manifestar su amor. Y le reprendo sus atrevimientos dijo doña Flora... Y le tira de las orejas cuando se extralimita de palabra u obra, y le pellizca en el brazo cuando salen juntos a paseo. Señoras, perdónenme ustedes dijo don Pedro pero me retiro. ¿Tan pronto?

No es de extrañar que el pueblo suizo imite con sus instituciones y costumbres la variedad y la fraternidad de la naturaleza. Allí todo es diverso, y sinembargo todo armoniza y se enlaza como los grupos admirables de los Alpes y el juego primoroso de su hidrografía. La parte baja ó riberana es industrial y mercantil.

El Bardo de la América Invocará sus manes, Y al son de la arpa armónica Que pulsan los titanes, Sobre su frente pálida La inspiracion caerá. La tumba del valiente No pide débil llanto, Sino del vate ardiente El estridente canto, Que imite en su armonía, Vibrante vocería Del campo del honor. Qué importan á los bravos La pompa de los templos Que compran los esclavos!

Había en sus ojos algo del difunto Tritón cuando columbraba en la costa una falda mujeril lejana y fugitiva. Freya siguió hablando. Matarse no es una prueba de amor. Todos me han prometido desde las primeras palabras el sacrificio de su existencia. Los hombres no saben otra canción... No les imite, capitán. Quedó pensativa largo rato. El crepúsculo avanzaba rápidamente.