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Su aspecto es efectivamente el de «un mar que, despues de una gran borrasca, se hubiese congelado repentinamente en el momento de comenzar á calmarse, pues toda la superficie es una sucesion de bancos ondulosos de nieve que imitan exactamente no las grandes olas del Océano irritado, pero las de un mar mediterráneoTodo hace creer que esa forma es debida á lentas y seculares aglomeraciones producidas por la accion combinada de la presion atmosférica, la tendencia de gravitacion de los bancos y depósitos de hielo y nieve, la fuerza poderosa de las corrientes subterráneas, las condiciones químicas del suelo y de las rocas, y la facultad explosiva del cristal de hielo comprimido en todas direcciones.

A todos aquéllos, que viven pobre y bajamente, y no son admitidos en ninguna sociedad culta, á los que hacen bailar á monos, machos cabríos y perros, ó imitan el canto de las aves, ó tocan instrumentos músicos, ó divierten al pueblo con sus cantos, recibiendo en cambio miserable recompensa, se denomina bufones.

El recuerdo de los elementos de fuerza acumulados por su raza le sumía en una especie de adoración mística. La victoria preliminar dijo de pronto hace tiempo que la hemos obtenido. Nuestros enemigos nos aborrecen, y sin embargo nos imitan. Todo lo que lleva la marca de Alemania es buscado en el mundo.

El dinero es la fuerza motriz del progreso humano, la palanca de Arquímedes que mueve el mundo moral, el fundamento de casi toda la poesía, y hasta el crisol de las virtudes más raras. La mayor parte de los hombres que desprecian o aparentan despreciar el dinero, lo hacen por despecho y envidia; imitan a la zorra, diciendo: no están maduras.

A Hormesinda sucedió Guzmán el Bueno, otra tragedia del mismo autor. Pronto emprendieron la misma senda diversos poetas: José Cadalso con su Sancho García, en la cual se imitan los alejandrinos con rimas pareadas de yámbicos de cinco pies; Gaspar Melchor de Jovellanos con su Munuza, de igual asunto que la Hormesinda, é Ignacio López de Ayala con su Numancia destruída.

Más tarde, cuando Roma empuña el cetro de la literatura, sus poetas más insignes no se desdeñan de llamarse discípulos de los griegos, los estudian con veneración y los imitan con complacencia. Nada han desmerecido por eso á los ojos de la posteridad. La Eneida es una imitación de la Odisea, y sin embargo hace veinte siglos que embelesa al mundo.

Al contrario: cuando el actor no se viste como debe, lo insulta ó lo silba. Desearía yo saber con qué derecho, así éste como todos los demás que lo imitan, piden que el actor, á quien privan de su dinero, haya de presentarse con el traje conveniente.

Por último, llaman la atencion dos preciosos salones que imitan la arquitectura interior del Renacimiento, regular, simétrica, demasiado imitativa, delicada y culta pero sin espontaneidad; llena de perfiles, de relieves mitológicos, pero exenta de atrevimiento, de verdadera inspiracion, de vida.

La sala lucía sillería de damasco amarillo rameado; en imitación de palo santo, dos espejos negros, y alfombra de moqueta de la clase más inferior; dos jardineras de bazar y un centro o tarjetero de esas aleaciones que imitan bronce, ornado de cadenillas colgando en ondas, y de piezas tan frágiles y de tan poco peso que era preciso pasar junto a él con cuidado, porque al menor roce daba consigo en el suelo.

Coleccionaba sellos diplomáticos, bordaba en tapicería, tocaba desastrosamente la flauta y pronunciaba las erres de esa manera gutural y arrastrada, propia de los parisienses, que imitan en España algunos afrancesados elegantes, y es defecto natural en otros muchos, para quienes se inventó aquello de: «El perro de San Roque no tiene rabo, porque Ramón Ramírez se lo ha robado».