United States or Russia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Disto mucho más que de los encomios exagerados de Víctor Hugo y Emerson, del desdén y de las burlas de Voltaire y su imitador Moratin. Confieso que el análisis que hace Voltaire del Hamlet me ha arrancado varias veces lágrimas de risa: mas no por eso he dado nunca la razón a Voltaire. Ya que lo sublime lo bello, lo grande es lo que se presta a la parodia.

No por eso se expatria mentalmente el que lo hace. ¿Quién más español que Lope? Y Lope, no obstante, era tan imitador y tan apasionado admirador de los italianos, que llegaba a exclamar: ¿Cómo he de competir con ellos, que son ...solos y soles, yo con mis rudos versos españoles?

Los literatos señalan á Timoneda como á imitador de Lope de Rueda . Cuando se examinan atentamente las obras dramáticas de este poeta, célebre también en otros géneros literarios, se deduce que en distintos períodos de su vida siguió diversos modelos dramáticos.

El ciego y fervoroso imitador de lo moderno se asemeja a alguien metido en enmarañado matorral, de donde le cuesta gran trabajo sacar la cabeza, así para orientarse como para que la gente le vea, mientras que el imitador de lo antiguo se asemeja a alguien que está en soto bien cultivado, de donde se arrancaron ya las matas enanas y espinosas, se podaron las ramas inútiles y se rozó la mala hierba.

El buen imitador de Cristo se muestra sin duda muy humilde, pero es con relación al Dios que ama y adora. Postrado ante su Dios es despreciable pecador, es vil gusano, pero esa misma humillación le encumbra luego.

La atmósfera intelectual creada por tales artistas y poetas, de los cuales unos eran ya muertos y otros aún vivían, fue el ambiente que comenzó a respirar Diego Velázquez, quien casi niño salió de poder de Herrera, adusto y regañón, original e intransigente, que dibujaba con cañas quemadas y pintaba con enormes brochas, y fue a parar a la escuela de un hombre bondadoso, apacible, imitador de los italianos, cuya morada debía de ser academia donde prevalecía el gusto clásico, fruto de la más pulcra ilustración, pero al fin clasicismo de reflejo.

Perales, el imitador de Calvo, saludaba con modesto ademán algo sorprendido de que se le aplaudiese en escena que no era de empeño. ¡Mire usted el pueblo! dijo un concejal de la otra bolsa, volviéndose a Foja, el ex-alcalde liberal. ¿Qué tiene el pueblo? ¡Que es un majadero! Aplaude la gran felonía de arrancar la careta a un enmascarado....

Muñoz y Pabón fundados elogios, le califican de discípulo y de imitador o continuador de Fernán-Caballero.

Si, á pesar de todo, existen algunas bellezas en El Cid francés, no han de atribuirse al imitador, que ha hecho cuanto podía para borrarlas, sino á la excelencia del modelo, que no podía desaparecer ni en las manos más torpes.

Indudablemente ha de calificarse de imitador de Calderón, porque lo copia con mucha exactitud, sobre todo en su estilo; no es la suya una imitación servil, sino la de un poeta ingenioso y de talento que sabe asimilarse muchas bellezas de su modelo.