United States or Saint Martin ? Vote for the TOP Country of the Week !


La vieira es el pecten Veneris de los antiguos, y el Arte ha buscado mil veces inspiración en sus curvas sencillas y maravillosas. De paso en Galicia, tierra de vieiras, yo me considero obligado a hacer la apología de este marisco. Creo que Madrid no debe ignorarlo, y que mantenerlo más tiempo en el olvido sería una política funesta.

Aunque la explicación de este equilibrio o ten con ten era un poco embarazosa, y más para una señorita que oficialmente debía ignorarlo todo, y en este caso estaba doña Anuncia, convinieron las hermanas en que era indispensable dar instrucciones a la chica.

No quería confiarlo a D. José, por ser demasiado sencillo, ni a Miquis, por excesivamente malicioso. En la semana anterior fue grande su disgusto al saber, por Saldeoro, que la marquesa de Aransis había estado en Madrid tres días y que ella, por ignorarlo, no se había presentado a la noble señora. ¡Qué contrariedad tan penosa!

Desde tiempo ya procuraba no hablarme sin cierta reserva de aquella porción de mi vida de adolescente que no había tenido vinculaciones con la suya pero que no por eso estaba menos limpia de misterios. Apenas sabía mi domicilio o cuando menos ponía empeño en ignorarlo o en olvidarlo.

Y cuando el general rumor de protesta llegaba hasta doña Bernarda, ésta elevaba las manos con desesperación. ¿Dónde irían a parar? Su hijo quería perderse. Don Matías, el rústico millonario, callaba, y en presencia de doña Bernarda fingía ignorarlo todo. Su interés por emparentar con la familia Brull le hacía ser prudente.

, la hablé de mi amor... Hablamos de la nueva estación, del frío que pronto nos ahuyentaría de aquí... Yo quería saber adonde pensaba ir, dónde y cuando podría verla otra vez. Ella me dijo: «No todavía adonde iré: tal vez a Niza, tal vez a Biarritz. ¿No será mejor ignorarlo, por usted y por ?...» ¿Ve usted?... ¿Y después? Yo la dije: «Sea como usted quiera.

La joven le rechazó con dureza. ¡Oh! Nada de hipocresías... ¿Olvida usted que va á casarse dentro de unas semanas? Sorege se echó á reir. ¿Y qué prueba eso? ¿Vas á pretender que no te amo porque me caso con esa mina de dollars que se llama miss Harvey? No hago sino un negocio, hija mía; no puedes ignorarlo.

Podría ignorarlo perfectamente, pues el pasado de esa amable muchacha no me interesa gran cosa, pero no lo ignoro, querido Cristián. Me entero por gusto de lo que se refiere á las personas que trato, aunque sea de pasada, y estoy al cabo de la calle acerca de Jenny Hawkins. Que no se llama así. No, dijo fríamente Sorege, se llama Juana Baud, ó Baudier, y es francesa. ¿Estás contento, Tragomer?

Por mi desdicha; quisiera ignorarlo todo. Me dais miedo. ¡Ah! ¡por fin! Mientras una mujer injuria ó llora ó se desespera, aún hay esperanzas de dominarla; pero cuando, como vos, acaba por hablar á sangre fría, y casi ríe... Entonces está resuelta... decís bien: y mi resolución es invariable. Pues bien, doña Catalina, os juro que os salvaré de vuestra propia locura, antes de algunas horas.

Yo estaba resuelta á ignorarlo todo siguió diciendo . Tenía un consuelo: mi hijo. ¿Qué me importaba lo que hicieses?... Estabas lejos y mi hijo vivía á mi lado... ¡Y ya no lo veré más!... ¡Mi destino es vivir eternamente sola! sabes que no puedo ser madre otra vez; que estoy enferma y no puedes darme otro hijo... Y eres , ¡! quien me ha quitado el único que tenía...