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Gabriel miraba el jardín, orlado por las arcadas de piedra blanca y sus rudos contrafuertes de berroqueña obscura, en cuya cúspide dejaban las lluvias una florescencia de hongos como botones de terciopelo negruzco. Descendía el sol a un ángulo del jardín, y el resto quedaba en una claridad verdosa, de penumbra conventual.

, amigo mío, ¡pero se derramaban más líquidos corrompidos que otra cosa! Usted fomentaba la podredumbre social sin sembrar una idea. De esa fermentacion de vicios solo podía surgir el hastío y si naciese algo de la noche á la mañana, sería á lo más un hongo, porque espontáneamente solo hongos pueden nacer de la basura.

Dormía todas las noches y comía fijamente tres días a la semana. ¡La vida era fácil! Con un espíritu tan contentadizo, Santaló era digno de haber triunfado. Tenía del dinero una idea demasiado hiperbólica. Poseyó un sombrero azul pálido que era una sima de arbitrariedad junto a los hongos ramplones y los frégolis de tenor cómico. Yo le había tomado cariño.

La hetera de lugar es menos exigente, pedigüeña y antojadiza que las Coras, las Baruccis, las Paivas y otras famosas heteras parisinas: pero aquéllas son solas, se diría que nacieron como los hongos, y la lugareña tiene un diluvio de parientes, que se lanza y abate sobre la casa y la hacienda del mantenedor enamorado, como bandada de langostas hambrientas y voraces.

Pero la mayor parte de los seres humanos, y Rafaela entra en esta cuenta, no son sólo de un modo sino de varios: se diría que no tienen un alma sola, sino dos almas con opuestas propensiones y hasta con principios, conceptos y doctrinas filosóficas, tal vez no aprendidas, sino nacidas en el alma, como en la tierra nacen los hongos, los cuales conceptos, propensiones y doctrinas, acaso malas, se insurreccionan contra las buenas y suelen dominarlos.

La vida parece ausente de esas tinieblas, pero existe, no obstante; repugnantes hongos, alimentados por la podredumbre, crecen en los rincones; infinidad de ratas se ocultan en sus agujeros. Los únicos seres humanos que se aventuran por tan tristes lugares son albañaleros, encargados de restablecer la corriente separando los amontonamientos de barro.

No se acostumbraba a la metrópoli arzobispal. Ahogábanle las altas tapias verdosas, los soportales angostos, los edificios de lóbrego zaguán y escalera sombría, que le parecían calabozos y mazmorras. Fastidiábale vivir allí donde tres gotas de lluvia meten en casa a todo el mundo y engendran instantáneamente una triste vegetación de hongos de seda, de enormes paraguas.

En seres tan elementales ¿hace el gasto la Naturaleza de una generación complicada? ¿O bien nacen espontáneamente como tal ó cual moho vegetal? El vulgo dice: «como los hongosCuestión árida que hace sonreir y menear la cabeza á más de un sabio. ¡Se está tan seguro de tener entre manos el misterio del mundo, de haber fijado invariablemente las leyes de la vida! A la Naturaleza toca obedecer.

Usted entiende más de chicas guapas que de política, amigo Borrén. Nos van a divertir, créame usted. Ya anda en danza Elío, un militar si los hay.... Eso se va a organizar; verá usted cómo salen de la tierra igual que los hongos cuando llueve, pero equipaditos y con armamento. Y estos otros también van a sacar las uñas por Barcelona y donde haya blusas y fábricas.

Familia de los hongos y de la criptogamia de Linneo, de la que se conocen algunas centenas de especies de agáricos, si bien solo nos ocuparémos del agárico mosqueado ó pintado ú hongo carmesí, y de cuya sustancia activa nada dicen los terapeutistas.