United States or Chile ? Vote for the TOP Country of the Week !


Aquí hay un infeliz que se está muriendo. Oyéronse pasos precipitados, aunque pesados. Eran los de un anciano, de no muy alta estatura, cuya faz apacible y cándida indicaba un alma pura y sencilla. Su grotesco vestido consistía en un pantalón y una holgada chupa de sayal pardo, hechos al parecer de un hábito de fraile; calzaba sandalias, y cubría su luciente calva un gorro negro de lana.

Don Pablo Aquiles entraba a las seis del Ministerio, minuto más o menos: se quitaba el pesado gabán y revestíase de una chaqueta vieja bien holgada, calzaba los pantuflos e iba a sentarse al lado de la chimenea, apagada desgraciadamente siempre, delante de la pantalla en que las escuálidas cigüeñas se miraban tristonas, cual si lamentaran, ellas también, la ausencia del fuego alegre y reparador.

Rica en verdad debe de ser esta gran villa y holgada la condición de sus moradores, á pesar de recientes guerras y trastornos. Pues si el aspecto de los buenos burgueses os admira, repuso Don Pedro, ¿qué me decís de esos hombres de armas escogidos y de los bien plantados arqueros? Difícil sería igualar y menos vencer fuerzas tan apuestas y bien disciplinadas.

Miquis, que le apreciaba y se reía con él, fue a darle la enhorabuena, y le encontró en su taller trabajando como siempre. Bou se levantó, saludó a gritos, estrujó la mano de su amigo, y después fue acometido de una tos tan violenta, que su cara parecía un cuero de vino, y el ojo rotatorio estuvo a punto de desalojar su holgada órbita y caerse al suelo. «Ese alquitrán, hombre, ese alquitrán...

Y así era el Marquesito original, vestía a la moda, según la entendía su sastre de Madrid, que le tomaba en serio, que le cuidaba, como a parroquiano inteligente y de mérito. No exageraba ni por ajustar demasiado la ropa ni por dejarla muy holgada, ni se excedía en los picos de los cuellos, ni en las alas de los sombreros. Procuraba tener estilo indumentario para no parecerse a cualquier figurín.

Con estas cifras, ¿no es lógica la falta de temor, y sin él, la indiferencia? Lo es, máxime si se agrega que el soldado cumplido al volver á su pueblo, cuenta la vida holgada del cuartel, y con sus relaciones, aleja el temor de los quintos, que saben, que el soldado viste bien, come mejor, tiene dinero, y vive con holgura y poco trabajo.

Sentado frente á ella en un escabel se hallaba un hidalgo de robusta apariencia, cuyos anchos hombros cubría holgada capa negra y que tenía puesta una gorra de terciopelo negro también, con rizada pluma blanca.

El vértigo de Paquita Juárez fue un estado crónico desde que la casaron, muy joven, con D. Antonio María Zapata, que le doblaba la edad, intendente de ejército, excelente persona, de holgada posición por su casa, como la novia, que también poseía bienes raíces de mucha cuenta. Sirvió Zapata en el ejército de África, división de Echagüe, y después de Wad-Ras pasó a la Dirección del ramo.

Añádase a esto que sonríe muy poco, y que jamás se ríe; que se afeita todos los días, y gasta una ropa muy fina y muy holgada; muy destacados el pecho, los cuellos y los puños de su camisa, y muy abarquilladas las alas del sombrero; añádanse, digo, estas gravísimas circunstancias, y se comprenderá mejor por qué don Simón ha llegado a ser, en la región que habita, el hombre indispensable: indispensable en las juntas, indispensable en las comisiones de dentro y fuera, e indispensable en el Municipio, que ya no sabe qué hacerse si él no lo preside.

Lucía dio otros dos pasos, pero fue hacia Artegui, y con uno de esos movimientos rápidos, infantiles, festivos, que suelen tener las mujeres en las ocasiones más solemnes y graves, se apretó la holgada bata en la cintura, y manifestó la curva, ya un tanto abultada, de sus gallardas caderas. Sacudió la cabeza, y dijo: ¿Cree usted eso? Pues Don Ignacio.... ¡ya mandará Dios quien me quiera!