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Preséntele usted con toda la negra realidad de la vida, braceando en este océano de cieno, sin poder flotar, y ahogándose, ahogándose, ahogándose.... Pero, eso , déjele usted que se enamore con hidrofobia de la dama de enfrente, porque en ese gran recurso dramático ha de cimentarse todo el edificio novelesco.

No queremos sin embargo dejar de mencionar la utilidad de la belladona en la hidrofobia, cuyos síntomas se ajustan tan exactamente á sus efectos fisiológicos; hablamos, es verdad, bajo la de otros, pero tambien lo es que consta de testimonios muy respetables. El beleño, el estramonio y la cantárida participan igualmente, al parecer, de esta propiedad.

Los síntomas que espresan la accion de la belladona sobre el cerebro son sus mejores indicantes, ya usada sola ó alternada con el acónito, en el delirio agudo, en la frenitis, y aun en el delirium tremens y en la manía, ya esencial, ya unida al histerismo, al estado puerperal ó en el corea, con tal que á los fenómenos congestivos se agreguen algunos de los efectos particulares de la belladona, tales como contraccion de la pupila, fotofobia, ambliopia, chispas en el campo de la vision, alucinaciones alegres, sed ardiente, afonía, tialismo ó boca seca, hidrofobia, disfagia, temblores musculares.

Montenegro recordaba la estupefacción de la gente un año antes, cuando un perro de los que guardaban por la noche las bodegas mordió a varios trabajadores. Dupont había acudido en su auxilio, temiendo que el mordisco les produjera la hidrofobia y, para evitarla, les hizo tragar en el primer momento, en forma de píldoras, una estampa de santo milagroso que guardaba su madre.

Mi mujer estaria aquí todo lo bien que puede estar una mujer léjos del país de sus afecciones, de sus conocimientos y de sus hábitos, cuando comprendiera y hablara el idioma: no hablándolo ni comprendiéndolo, vive mártir ó poco menos. No poder hablar es para la mujer una contínua irritacion, una perdurable indigestion de palabras y de deseos, una especie de hidrofobia.

Desde una época remota se ha preconizado la cantárida contra la rabia, constituyendo la base de muchos remedios secretos ó conocidos para esta implacable enfermedad. Quizá el empleo sucesivo de la belladona, del stramonium y de la cantárida constituya una buena medicacion contra la hidrofobia.

No hay ciertamente flegmasía alguna de las membranas mucosas estraña á la cantárida, desde la del exófago y de la faringe, que simula la hidrofobia, aun con encefalitis, hasta las inflamaciones mucosas de los riñones, de los intestinos, del estómago, de la vejiga y de la uretra.