United States or United Kingdom ? Vote for the TOP Country of the Week !


Dimmesdale y este excelente y anciano diácono, solo merced á la más cuidadosa circunspección y casi haciéndose violencia, evitó el ministro proferir ciertas reflexiones heréticas que se le ocurrieron sobre varios puntos religiosos. Temblaba y palidecía temiendo que sus labios, á despecho de mismo, emitiesen algunos de los horribles pensamientos que le cruzaban por la mente.

Digamos asimismo que en la época en que estos sucesos se efectuaban, el clero y las tendencias religiosas de nuestro pueblo padecían cierta persecución por parte del gobierno, depositado a la sazón en manos de los liberales más extremados y más conocidos por sus ideas heréticas.

Adoro su imaginación, que infunde a muchos de sus actos cierto carácter poético; su amor a lo maravilloso, su religiosidad extremada de marinero metido en teologías, que le hace decir cosas heréticas sin saberlo y le impulsa a escoger libros religiosos poco aceptados... Admiro su coraje, su tenacidad para realizar un ensueño.

El muftí de su pais, no ménos cosquilloso que ignorante, encontró en su libro proposiciones sospechosas, mal-sonantes, temerarias, heréticas, ó que olian á heregía, y le persiguió de muerte: tratábase de saber si la forma substancial de las pulgas de Sirio era de la misma naturaleza que la de los caracoles.

Conque vamos á otra cosa. En este convento estuvo preso tres días San Ignacio de Loyola, y luego veintidós en la cárcel, todo ello siendo estudiante y seglar, hasta que se examinaron y absolvieron por varones doctos algunas doctrinas, que al principio parecían heréticas, del que había de acabar siendo fundador de la Compañía de Jesús y santo canonizado por la Iglesia.....

Por comision de S. S. el arzobispo de Toledo D. Alonso Carrillo juntó en Alcalá de Henares cincuenta y dos doctores para examinar las proposiciones que se le censuraban, y habiéndose condenado nueve por heréticas, el doctor Osma se retractó de ellas dócilmente, celebrando todos su humilde y modesto rendimiento, que le hizo mas glorioso que habia sido antes por su sabiduría.

Nada igual me presenta la Historia, sino las clasificaciones de la Inquisición, que distinguía las opiniones heréticas en malsonantes, ofensivas, de oídos piadosos, casi herejía, herejía, herejía perniciosa, etc., etc.; pero al fin la Inquisición no hizo el catastro de la España para exterminarla en las generaciones, en el individuo, antes de ser denunciado al Santo Tribunal.

Juan de Jesús María había «dicho proposiciones heréticas y blasfemias, en particular que estaba tres veces confirmado en gracia, una por los pecados mortales, otra por los veniales y otra por las imperfecciones; dijo que lo bautizó la Santísima Trinidad, y que el Angel de su Guarda era Nuestra Señora: que no tenía necesidad de la intercesión de los Santos ni de las imágenes que eran añagazas: que Nuestro Señor le había concedido un Jubileo como á San Francisco: que todas las personas que le dieran limosnas para entrar dos hijas monjas no se habían de condenar: dijo, que mientras más veces comía y bebía se sentía más bien para la oración; que con los abrazos comunicaba á las mujeres el Espíritu y amor de Dios, y así las abrazaba y besaba diciendo que de él no se pegaba nada de la comunicación de las mujeres, porque estaba en el estado de la inocencia, y que no tenía nada de la carne de Adán, etc., etc.,» probándosele también que hacía creer á muchos que sacaba almas del Purgatorio, que había subido al cielo nada menos y que allí lo habían bautizado; que tenía éxtasis y que durante mucho tiempo no habían sido otros sus propósitos que hacerse pasar por ser santo digno de ser venerado en los altares.

El Magistral comenzó a impacientarse; la Regenta no subía la cuesta, persistía en sus peligrosos anhelos panteísticos, que así los calificaba él, se empeñaba en que era piedad aquella ternura que sentía con motivo de espectáculos profanos, y declaraba francamente que las lecturas devotas le sugerían reflexiones probablemente heréticas, o por lo menos, poco a propósito para llegar a la profunda fe que el Magistral exigía como preparación absolutamente indispensable para dar un paso en firme.