United States or Togo ? Vote for the TOP Country of the Week !


Los pies parecían los de una dama; calzaban media morada, como si fueran de Obispo; y el zapato era de esmerada labor y piel muy fina y lucía hebilla de plata, sencilla pero elegante, que decía muy bien sobre el color de la media.

Mire usted lo que me encontrado aquí dijo y sacó del bolsillo, entre dos dedos, una liga de seda roja con hebilla de plata. ¿Qué es eso? preguntó De Pas, sin poder ocultar su ansiedad. ¡Una liga de mi mujer! contestó aquel marido tranquilo como tal, pero sorprendido con el hallazgo por lo raro. ¡Una liga de su mujer!

Cuando supo de lo que se trataba, por boca de Foja, tuvo que levantarse para ocultar la emoción. Sintió que la hebilla del chaleco estallaba en su espalda.

La estatura, más bien alta que mediana, y el talle, esbelto. El calzón ajustado de casimir, la media de seda blanca y el zapato de hebilla de plata, daban lugar á que mostrase el galán la bien formada pierna y un pie pequeño, largo y levantado por el tarso.

A este se le olvidaba una cosa, a aquel otra, una hebilla, una pluma, un cordón. Unos llamaban a sus mujeres para que les alcanzasen algo, y todos repetían: «¡la hora...!». Después se arremolinaban abajo, en la escalera principal.

Ponga todo hombre la acerada silla Entre los mismos palos del pesebre, Porque en diciendo la trompeta "ensilla", Hasta el caballo la cadena quiebre. Esté la lanza donde pueda asilla, Con que en el campo su valor celebre, Y el arnés que no falte hebilla o perno, Que se vista mejor que algodón tierno.

Tendría poco más de un metro de altura, y hallábase correctamente vestido de etiqueta, frac y corbata blanca, calzón corto, media de seda negra y zapato con hebilla. Llamábanle en la casa don Joselito, y cobraba siete mil reales de sueldo, con la sola obligación de anunciar las visitas y realzar con su estrafalaria figura la aureola de elegante originalidad que rodeaba en todo a Currita.

Vestía rico traje de terciopelo negro y capa corta del mismo color, y usaba calzado de retorcida punta, aunque no tan desmesurada como fué uso llevarla en el siguiente reinado. Ceñíale el cuerpo un cinturón bordado de oro, en cuya ancha hebilla estaban grabadas las armas de los Morel, cinco rosas gules en campo de plata.

Esto me parece tan extravagante como lo que he oído decir que acontecía hace un siglo entre nosotros, cuando, al ponerse en escena El maestro de Alejandro, salía Aristóteles vestido de abate, con casaca, chupa, espadín, zapato de hebilla y capita veneciana.

El envoltorio contenía una sotana de chamalote de seda, un manteo de paño de Segovia, un par de zapatos con hebilla dorada, un alzacuello de crin y un sombrero de piel de vicuña.