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El puente del vapor se iba llenando con la población heterogénea de pasajeros que se dirigían á distintos puntos de las costas españolas y francesas y á Amberes, Rotterdam ó Hamburgo. El capitán, tipo vigoroso y simpático, marino frances pur-sang, pasó revista á su equipaje, y hallándolo completo, asi como su lista de pasajeros, hizo levar anclas.

La Reyna del Auštro še levantará en juyzio con ešta generacion: y la condenará: porque vino de los fines de la tierra para oyr la šabiduria de Salomon: y heaqui mas que Salomon en ešte lugar. Quando el ešpiritu immundo ha šalido del hombre, anda por lugares^ šecos, bušcando repošo: y no hallandolo,

Porque Jacobo Téllez estaba muy vinculado a los esposos Ruiz y a del Val, y era un excelente sugeto, lleno de justicia y caridad cristiana... Dirigiose pues a casa de su amigo Marcos, y, hallándolo sólo en su escritorio, le dijo solemnemente: Bien sabes, Marcos, la amistad que nos profesamos desde la infancia.

Ya comprenderás de qué manera aplicaba yo este caso a Lucía y a . Y, sin embargo, aunque me parecía atinado y juicioso lo que con relación al refinamiento material decía la señora de Benítez, yo seguía hallándolo vil y grosero aplicado al refinamiento del alma. Lo que es en esto persistía yo y me aferraba en ser más exquisita que D. Ambrosio. Mi entendimiento vacila, cambia y duda mucho.

24 Cuando el espíritu inmundo saliere del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Me volveré a mi casa de donde salí. 25 Y viniendo, la halla barrida y adornada. 28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.

Comenzó la misa ante la imagen de san Ignacio, del lado de allá de la reja; la de Albornoz, flaca y macilenta, paseó a poco la vista por todas partes, buscando algún sitio en que sentarse, y no hallándolo, hízolo humildemente en el suelo, sobre las frías losas; un anciano, pobre mendigo de Azpeitia, levantóse al punto del extremo de un banco y quiso cederle su puesto; mas ella, agradeciéndoselo con cariñosa sonrisa, no aceptó.

Mas hallándolo todo inútil a su empeño, vino a dar junto a una casuca estrecha, miserable, contigua a la iglesia, unida a ella por las tapias de un huerto, y que parecía ser morada del cura que cuidase el sagrado edificio.

El 20 de marzo de este año, los vecinos de un pueblo del Chaco santafecino persiguieron a un hombre rabioso que en pos de descargar su escopeta contra su mujer, mató de un tiro a un peón que cruzaba delante de él. Los vecinos, armados, lo rastrearon en el monte como a una fiera, hallándolo por fin trepado en un árbol, con su escopeta aún, y aullando de un modo horrible.

Lo que para salir de su atolladero inventó de súbito el Barón y yo acepté con risa, hallándolo disparatadamente gracioso, él y yo lo fuimos tomando más por lo serio cada día, y por virtud de nuestra voluntad atamos nuestras almas con lazo tan limpio y tan fuerte como si él fuese en realidad mi padre y yo su hija.