United States or Tanzania ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡A nada!... A la noche volví y hablé con don Casiano largamente; le expuse con toda franqueza mis aspiraciones y hasta lo que tengo y lo que tendré con el tiempo en punto a recursos: llegué a decirle que liquidaría todo y me vendría a establecer aquí; el buen viejo me trató con toda consideración; pero diciéndome invariablemente: «Vea, señor, lo que ella resuelva, estará bien... ¿qué quiere que yo me ponga a contrariarla?... háblele usted, no más... y si es por visitarla, puede venir cuando quiera». Así lo hice; el martes, casi pasé el día allí; comí con ellos, tocamos el piano, conversamos largamente; volví ayer... hemos estado horas y horas solos; pero la última palabra de la Pampita al despedirme fue la primera: «Me debo a mi padre y no lo abandonaré en sus últimos años». «¿Me permite usted que la frecuentele dije teniéndole la mano tomada. «Siempre me será grata su visita», me contestó, y cuando salí por la tranquera para venirme, la vi en el corredor; la saludé con el sombrero y ella me contestó con la mano.

Escriba usted a Juan Pérez o a Luis Fernández, y háblele como si realmente existiera. ¡Don Celso!... Y ¿he de firmar yo una superchería semejante? Y ¿por qué no? Sobre que la carta no ha de salir de la administración adonde vaya a parar.... ¡Pregunte usted en Madrid o en Barcelona por un Juan Pérez, sin más señas! El asunto es engatusar a este bodoque.

¡Que se vaya! ¡que se vaya! repitió la joven con más fuerza. Háblele usted por el agujero de la llave. No hay otro medio dijo la esposa del fisiólogo empujando a Timoteo.

Preséntele usted al lado un artículo de un periódico, el más lindamente escrito y redactado; háblele usted de felicidad, de orden, de bienestar; y apártese usted algún tanto, no sea que si lo entiende, le pruebe su garra que su única felicidad consiste en comérselo a usted. El tigre necesita devorar al gamo; pero seguramente que el gamo no espera a oír sus razones.

Extendió la mano, y con la otra mostraba el bastón, como si fuera un bastón de autoridad. «¡Doña Guillermina mi casera! dijo Fortunata, pensativa, entregando el dinero . Pues a ella le voy a pedir que me haga las obras. Es amiga mía». ¡Qué ha de ser amiga de usted... qué ha de ser! replicó Estupiñá con sarcasmo . Y si quiere usted verla furiosa, háblele de obras que no sean las del asilo.

Las orillas del rio en este dia son campos, sauzales y cejas de monte: díles á estos indios bizcocho y carne para cenar. El 22 por la madrugada llegó el dicho ladino Lopez, habléle á él y á los suyos, exhortándolos á que pidiesen reduccion, y me dijo, que èl, con el hijo del difunto José Antonio, habian hablado al Señor Arias, cerca de reduccion.

Háblele usted; rompa el silencio de aquella casa; véala usted un momento; oiga su voz, y si ante las declaraciones que ella le haga persiste usted en creerla culpable, no es digno, lo digo cien veces, no es digno de mirarla. Lázaro no pudo resistir á la gran fuerza de estas palabras.