United States or Peru ? Vote for the TOP Country of the Week !


17 Y el rey puso a la puerta a aquel príncipe sobre cuya mano él se apoyaba; y le atropelló el pueblo a la entrada, y murió, conforme a lo que había dicho el varón de Dios, lo que habló cuando el rey descendió a él.

Yanduballo cayéra en tierra frio, La triste Liropeya desmayada; El mozo con crecido desvario A la moza habló, que está turbada: "Volved en vos, le dice, ya amor mio, Que esta ventura estaba á mi guardada, Que ser tan lindo, bello y soberano, No habia de gozarlo aquel pagano."

9 Y Moisés, con los sacerdotes levitas, habló a todo Israel, diciendo: Atiende y escucha, Israel: hoy eres hecho pueblo del SE

Don Francisco vendrá á buscaros... Pues no encuentro medio... ; dejar esta conversación. Dejémosla. Hablemos de otra cosa. Pero ninguno de los dos habló. Bebieron en silencio sus copas. Pasaron algún tiempo callando. Dorotea miró involuntariamente á Montiño. En aquel momento Montiño miró á la comedianta. Esta doble mirada fué más elocuente, más intensa que la anterior.

No exceptúo ni á Bossuet, ni á Fenelon, ni á Condillac, ni á Bordaloue, ni al severo y tajante Rousseau. No hablo de un hombre muy extraordinario y muy célebre; un hombre que ha logrado más fama que todo un pueblo; no hablo de Voltaire.

Sería prudente evitar sus comprometedoras asiduidades... Disculpe usted mi franqueza, Currita. Ya sabe que sólo hablo por servirla... ¡Y si estoy equivocado, perdóneme también!

Veo que distraídamente voy cayendo en el mismo defecto que en el padre vicario censuro, y que no hablo a Vd. sino de Pepita Jiménez. Pero esto es natural. Aquí no se habla de otra cosa.

Ya es usted diputado. Y así fué. Verificadas las elecciones, y mientras se verificaban, se habló mucho de palizas, de urnas suplantadas, de electores presos, de muertos que votaban, y aun de algunos vivos que por votar murieron; de casas que ardían, y de otros recursos tan usuales y lícitos como éstos, empleados en beneficio de la candidatura de don Simón; pero lo cierto es que a éste se le proclamó diputado electo por el distrito, y se le entregó un acta que así lo declaraba, limpia como el oro.

«Todo depende de que usted sepa mandar a paseo a la loquilla continuó Nicolás saliendo de su abstracción . Ya sabe usted lo que Jesús le dijo a la samaritana cuando habló con ella en el pozo, en una situación parecida a la que ahora tenemos usted y yo...». Fortunata se sonrió, afectando entender la cita; pero se había quedado a oscuras.

Y habló de la repugnancia que le inspiraba Urquiola, con sus petulancias de buen mozo, cortejando á un tiempo á varias señoritas de la villa y escogiendo entre ellas, con la frialdad del cálculo, la que mejor le conviniera por su fortuna. Además, conocía su vida.