United States or North Korea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pero mamá dijo Rafael sonriendo ¡Si yo no pienso casarme!... ¡Si eso, cuando llegue, ha de ser a gusto mío! La madre y el hijo quedaron moralmente separados después de la borrascosa entrevista. Era una situación que recordaba a Rafael su infancia, cuando después de una travesura encontraba la miraba fiera y el rostro ceñudo de su madre. Pero ahora, esta seriedad agresiva se prolongaba días y días.

Veamos: un hongo claro... Bien, me parece muy bien. A buen gusto nadie le gana. Botas altas... ¡Hombre, qué elegantes! Vaya un pie: ya querrían muchas mujeres... Corbatas: dos, tres... Mira, Obdulia, qué bonita esta verde con motas amarillas. Un cinturón que parece un corsé faja. Bueno debe de ser esto para evitar que crezca el vientre... Y esto ¿qué es?... ¡Ah! espuelas.

Pero los Ingleses son legos en eso de buen gusto, y no perderían en obsequio de la hermosura y majestad de un monumento el espacio que puede servir para los almacenes y las cervecerías. El Diorama. La galería Tussaud. El Palacio de cristal. El Banco de Inglaterra. La Bolsa. Diversos objetos interesantes.

Pero como ellos no habían de arreglarlo a su gusto, más cuenta les tenía no pensar en tal cosa, y buscarse cada cual su mendrugo de pan como pudiera, hasta que viniese la muerte y después Dios a dar a cada uno su merecido. Por fin, con extraordinaria gravedad y tono de convicción profunda, Almudena dijo a su amiga que todos los dinerales de D. Carlos podían ser de ella, si quisiera.

Vivo mi tío, la obligación, convertida en gusto ya, de acompañarle, me entretenía, y con ello, todo cuanto le rodeaba; muerto él, me falta aquel recurso poderoso, me pierdo en el vacío de esta casa, y me abruman las eternas horas que paso en ella buscando la manera de abreviarlas. Continuar su obra benéfica. Enhorabuena.

Teresa volvió a mirarme fijamente. ¿Está V. contento? ¡Vaya! ¿Va V. a gusto conmigo? Mejor que con nadie en el mundo. ¿No le estorbo? Al contrario, siento un placer como usted no puede figurarse. ¿No tiene V. nada que hacer ahora? Absolutamente nada.

Una tarde de primavera, mi tío, que ya había comenzado a sentir el peso profundo de la tristeza, me invitó a que lo acompañara en carruaje hasta Belgrano. Mi aceptación llenó de gusto al pobre viejo.

Desvívase usted por dar gusto en todo a una persona, por tenerle las cosas a punto, por cuidarla cuando está enferma... Tuéstese usted la cara al lado del fuego todo el día... Métase en el río hasta media pierna para lavar la ropa, y coja un reumatismo... Pase las noches en claro, cuidando de la lejía... Y mañana u otro día, si falta esa persona, irá una, si a mano viene, a pedir una limosna... mientras la familia, que en la vida se ha acordado del santo de su nombre, se divertirá y triunfará en grande con el dinero que le quede...

¡Qué bello día de otoño, señor! me dijo. , señorita. ¿Se pasea usted? Ya lo ve. Uso de mis últimos momentos de independencia... y aun abuso, pues me siento algo aburrida de mi soledad... Pero Alain es necesario en casa... Mi pobre Mervyn está cojo... ¿Quiere usted reemplazarlos, por ventura? Con el mayor gusto. ¿Adónde va usted? No lo ... tenía la idea de llegar hasta la torre d'Elven.

Allí todo indica gusto y esmero en el cultivo, adelanto y perfeccion en los métodos de labor, y bienestar en la clase média que posee quintas ó casas campestres, y entre los agricultores.