United States or Niger ? Vote for the TOP Country of the Week !


Diana era la diosa del monte. En el museo del Louvre de París hay una estatua de Diana muy hermosa, donde va Diana cazando con su perro, y está tan bien que parece que anda. Las piernas no más son como de hombre, para que se vea que es diosa que camina mucho. Y las niñas griegas querían a su muñeca tanto, que cuando se morían las enterraban con las muñecas.

Recordando a las princesas rusas, a las ladies inglesas, a las condesas alemanas, a las francesas del Faubourg Saint-Germain, y hasta a las griegas fanariotas, que había tratado con la mayor intimidad, iba sosteniendo que no valían un bledo todas las mujeres que se paseaban en aquel momento en los jardines.

Luego sobreviene la humanidad, de más amplia visión, que cambia el significado de la obra y la engrandece, despojándola de su primitivo egoísmo. Las estatuas griegas, modelos de suprema belleza, habían sido en su origen simples imágenes de santuario regaladas por la piedad de las devotas de aquellos tiempos.

Ahora que nos permiten contemplar lo que ordinariamente cubren con tal cuidado, puedo asegurar que ustedes tienen forma de mujer, la forma que tanto admiramos en las estatuas griegas y en las pinturas flamencas, mórbida, blanca, transparente, mientras que al entrar en un salón de Madrid no se tropieza más que con esqueletos en traje de baile...

El telégrafo lo mantuvo en contacto con las instrucciones llegadas de tierra. Gibraltar le aconsejó que navegase pegado á la costa de África; Malta y Bizerta le indicaron que podía seguir adelante, por estar el paso entre Túnez y Sicilia limpio de enemigos. Del lejano Egipto vinieron á su alcance avisos tranquilizadores mientras navegaba entre las islas griegas con la proa hacia Salónica.

Tras esto, á Musas cómicas te inclinas, Si bien las sequedades aborreces De las fábulas griegas y latinas. Y no lo extraño; pero muchas veces En lo que yace desabrido y seco Hallan qué ponderar discretos jueces.

Eran, sin excepción de uno solo, parsimoniosos en extremo y de blanda condición; y en sus tiroteos de broma, a los que son muy aficionados, despilfarraban las metáforas, llenas de colorido local, griegas para al principio, y muy donosas después que supe traducirlas a mi lengua. Íbame pareciendo la de ellos, entre tanto, más dulce y cadenciosa de ritmo cuanto más la oía «sonar».

Al atardecer avanzaban por los caminos, orlados de álamos con inquieto follaje de plata, grupos de muchachas que llevaban su cántaro inmóvil y derecho sobre la cabeza, recordando con su rítmico paso y su figura esbelta á las canéforas griegas. Este desfile daba á la huerta valenciana algo de sabor bíblico.

37 Y diciendo: Si eres el Rey de los Judíos, sálvate a ti mismo. 38 Y había también sobre él un título escrito con letras griegas, y romanas, y hebraicas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDIOS. 39 Y uno de los malhechores que estaban colgados, le injuriaba, diciendo: Si eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.

Inundando pueblos en lejanas comarcas, recordaban las tribus griegas la divina montaña que en sus cañadas les había dado vida y alimento. Casi todos los grandes acontecimientos de la historia mítica se habían verificado en aquella parte de Grecia, y entre ellos, el más importante, el que decidió del mando en cielo y tierra.