United States or Togo ? Vote for the TOP Country of the Week !


Lo mismo en casa de Anguita que cuando nos tropezábamos en la calle, charlábamos como buenos y antiguos amigos; tanto, que una vez, que confidencialmente reíamos en un rincón, exclamó Pepita, al cruzar por nuestro lado: ¡Tiene grasia! Hase poco querían ustedes matarse, y ahora... Y ahora noz estamo dando la lengua, ¿verdá, prenda? replicó Daniel con su inveterado cinismo.

Pero ¿cómo se llamaría aquel amigo al que hablaba de ?... Se rascó la cabeza, frunciendo las cejas con expresión reflexiva; pero su indecisión fue corta. Oye, : ¿cómo es tu grasia? Perdona... ya ves, ¡con tanta gente!... El joven ahogó bajo una sonrisa de aprobación su desencanto al verse olvidado del maestro y dio su nombre.

Has llegado con esa espada que tienes en la boca al sitio mismo donde te tenía guardada... Te quería más que he querido á mi madre... Te respetaba más que á la Virgen de Grasia... Todo ha terminado... El soplo que acabas de dar ha sido tan fuerte que ni cenizas quedaron de ese fuego... Me alegro y te doy las gracias... Escucha, niña, no te he partío el corazón ahora mismo porque me acuerdo de lo mucho que te he querido... Conque Dios te guarde... Si te debía algunas, ya te las has cobrado...

No hay quien un perro chico por oír la guitarra de verdá, ¿sabuté?... Aluego epué yo he tenío argunas crujías onde s'ha ido la guita sin sentirlo... Grasia que haya podido horadar hasta aquí... Hablaba con mucho aplomo y una entonación grave y persuasiva, que es en Andalucía general entre los hombres de la plebe cuando se hacen viejos.

Sólo el inglés se mantenía también tranquilo y serio. De cuando en cuando, sin que se alterase poco ni mucho la expresión fría de su rostro, gritaba en español chapurrado alguna frase asquerosa que hacía retorcerse de risa a las chicas. ¡Qué grasia tiene er chavó! ¡Maldita sea su estampa! exclamaba la Carbonera, que gozaba realmente con la excentricidad del inglés. Los demás no les hacían caso.

¡Vaya una grasia mohosa!... Pero, hombre, ¿tienes la desvergüenza de quejarte? ¿De cuándo acá el pie de una andaluza puede hacer daño al de un gallego? Y era verdad. Aunque sus pies diminutos hubieran bailado sobre los míos, creo que no me harían daño. Por otra parte, nadie reparaba en nosotros, y podíamos bailar lo mal que quisiéramos sin llamar la atención.

La pata grande, el pelo de cáñamo; pero se traen sus cosas, ¡vaya si se las traen!... Y como apenas camelan lo que uno las dise, too es reír y enseñar los piños, que son mu blancos, y abrir los ojasos... No hablan cristiano, pero entienden cuando se les hase la seña del parné; y como uno es un cabayero y grasia a Dió quea siempre bien, dan pa tabaco y pa otras cosas, y se va viviendo.

Después, el señorito cogió de una mano a María de la Luz, y sacándola al centro del corro, rompían a bailar las sevillanas, con una gallardía que provocaba gritos de entusiasmo. ¡La grasia e Dió! exclamaba el padre rasgueando la guitarra con nueva furia. ¡Vaya una parejita de palomos!... ¡Eso es bailá!

Yo soy así decía Gallardo a sus entusiastas, adoptando un aire de buen príncipe . No quiero imitar a otros toreros que se casan con señoritas, y too son gorros y plumas y faralaes. Yo con las de mi clase: rico pañolón, buenos andares, grasia... ¡Olé ya! Los amigos, entusiasmados, hacían la apología de la muchacha.

Al pasar cerca de , me puso el sombrero y dijo sordamente: Grasia, senificante. Volvió de nuevo al centro del corro, y volvieron los movimientos a pie firme. Lola y la Serrana seguían cantando nuevas coplas, todas referentes a toreros más o menos difuntos. Los barbianes jaleaban a la bailaora, prodigándole mil epítetos extravagantes.