United States or Switzerland ? Vote for the TOP Country of the Week !


Se hizo el silencio precursor de la estocada mortal: un silencio más grande que el de la soledad absoluta, producto de muchos miles de respiraciones contenidas. Fue tan grande este silencio, que llegaron hasta los últimos bancos los menores ruidos del redondel. Todos oyeron un leve crujido de maderas chocando unas con otras.

Uno de los osos era muy pequeño, uno de tamaño mediano y el otro muy grande. Tenían en la casa todo lo necesario. Tenían un plato pequeño para el oso pequeño, un plato mediano para el oso 10 mediano, y un plato grande para el oso grande. Tenían una silla pequeña para el oso pequeño, una silla mediana para el oso mediano, y una silla grande para el oso grande.

Estaba este monte coronado de enemigos con banderas, cajas y clarines, cuyo rumor acompañaban de repetidas y desentonadas voces, que formaban un conjunto ruidoso tan grande, que parecia estaba ocupado por 100,000 hombres; repitiendo incesantemente los gritos, todos dirigidos á injuriar é insultar nuestras tropas.

A lo que respondió don Quijote: -Los sepulcros de los gentiles fueron por la mayor parte suntuosos templos: las cenizas del cuerpo de Julio César se pusieron sobre una pirámide de piedra de desmesurada grandeza, a quien hoy llaman en Roma La aguja de San Pedro; al emperador Adriano le sirvió de sepultura un castillo tan grande como una buena aldea, a quien llamaron Moles Hadriani, que agora es el castillo de Santángel en Roma; la reina Artemisa sepultó a su marido Mausoleo en un sepulcro que se tuvo por una de las siete maravillas del mundo; pero ninguna destas sepulturas ni otras muchas que tuvieron los gentiles se adornaron con mortajas ni con otras ofrendas y señales que mostrasen ser santos los que en ellas estaban sepultados.

De aquella hermosa muerta le había hablado un día que la acompañaba a Chillón; le había dicho cuán tierno había sido su cariño, qué parte tan grande de su ser estaba encerrada en aquella tumba, y ella le había pedido que siguiera hablandola de la muerta, y varias veces había repetido su ruego, había querido conocer los detalles de la vida de la joven, ver sus retratos, y con palabras cuyo secreto sólo ella poseía, había expresado la íntima dulzura del amor fraternal.

Seguramente no es grande el valor poético de esta composición; falta el arte en el conjunto de la acción, y su desarrollo es duro y grosero; pero, sin embargo, respira toda ella cierta frescura y grata sencillez. La rudeza de su exposición se harmoniza admirablemente con el colorido popular, que la distingue .

Uno de los últimos que salieron fue Gaspar Santigós, alias, el Grande o Gasparón, porque era de tremendas fuerzas, muy alto y muy fornido. Hacíanle simpático el semblante apacible, la frente despejada, el mirar franco, y era tan corpulento, que parecía Hércules con blusa.

El hijo del capitalista, falto de capacidad, era expulsado por los malos negocios, y un nuevo individuo, aprovechando los residuos de su desgracia, venía á iniciarse en la poderosa secta. ¿Dónde encontrar una institución tan grande y poderosa y á la par tan democrática y modesta? ¿Y había locos que pedían la muerte ó la modificación de una fuerza que había transformado la Tierra?...

Capítulo VI. Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo el cual aún todavía dormía. Pidió las llaves, a la sobrina, del aposento donde estaban los libros, autores del daño, y ella se las dio de muy buena gana.

Y por la noche, cuando el sueño aflojaba su voluntad en dolorosa tensión, la casa azul, los ojos verdes y diabólicos de su dueña, y la boca fresca, grande y carnosa con su sonrisa irónica que parecía temblar entre los dientes blancos y luminosos, eran el centro inevitable de todos sus ensueños. ¿Para qué resistir más? Podía pensar en ella cuanto quisiera; esto no lo sabría su madre.