United States or Eswatini ? Vote for the TOP Country of the Week !


Lo indudable es que los hijos de Witiza, i otros nobles ofendidos de la usurpacion del trono godo hecha por Rodrigo, de la crueldad de su gobierno i de su mal vivir, pasaron á Africa, con propósito de solicitar vivamente de Muza la entrada de tropas árabes en España.

No es razon que haya quien diga al mundo, que pudo mas en vuestros corazones el torpe miedo que la memoria de las heróicas hazañas que consiguieron vuestros abuelos, i de las que nos han hecho tan famosos i tan temidos, tan respetados i tan potentes.» I dando riendas á su feroz caballo, se entró en el ejército godo, atropellando é hiriendo á cuantos intentaban vanamente cerrarle el paso.

Antes que Rafael tome la ampolleta interrumpió la marquesa diré a usted, don Federico, que la nobleza de nuestra familia estaba ya reconocida en el año 737, porque uno de nuestros abuelos fue el que mató al oso que quitó la vida al rey godo don Favila, y por eso tenemos un oso en nuestro escudo de armas.

Conocióse el valor i resolucion que hubo en el campo godo en que casi todos cubrian con sus cuerpos el lugar que defendieron en vida, i en que los moribundos mostraban el aspecto de ferocidad que solian tener. No alcanzaron los árabes esta victoria, sin pérdida de sangre; porque los mas esforzados ó perecieron en la batalla, ó sacaron de ella cruelisimas heridas.

Toman su fundamento en la narracion del moro Rasis, que dice: que el rey godo nombrado por los Cordobeses despues de muerto Rodrigo, sabedor de que la ciudad habia sido entrada por sorpresa por la hueste de Mugeith que andaba ya quebrantando las puertas, se acogió á un templo fuerte dedicado á S. Jorge, en el cual se defendió con los suyos por espacio de tres meses.

Aunque no es este el premio que yo espero De la fama, que á tantos he adquirido Con alma grata, y corazon sincero. Un cierto mancebito cuellierguido, En profesion poeta, y en el trage A mil leguas por Godo conocido: Lleno de presuncion y de corage Me dixo: bien yo, señor Cervantes, Que puedo ser poeta, aunque soy page.

Ningun escritor godo habla cosa alguna de esta proteccion á los judios dada por el rei Witiza.

Sirva de ejemplo de la última clase El postrer godo de España, cuya primera jornada describe la pasión del rey Rodrigo por la bella Florinda; la segunda, la muerte de este desdichado Monarca en la batalla del Guadalete, y la tercera, la restauración del reino cristiano por Pelayo.

No hai cosa que se oponga á creer que esta fue la ocasion de las persecuciones de los judíos por Sisebuto en España, i luego por Dagoberto, rei de Francia en sus tierras i señoríos; pero antes de los tiempos del emperador Heraclio, i de sus agüeros i pronósticos, ya habia comenzado Recaredo á oprimir i vejar estas gentes; por donde juzgo que mas que por ajenas persuasiones, se rigió aquel monarca godo por una razon de estado para embarazar los males que ocasionaban al cristianismo la demasiada libertad con que vivian en sus reinos los hebreos.

Toledo, la antigua capital del imperio godo, con su maravillosa catedral y sus palacios suntuosos, que, á pesar de sus ruinas, excitan nuestra admiración; Burgos, cuna del Cid, con sus almenas y torres góticas; la rica Barcelona, no inferior á ninguna ciudad de Italia en sus magníficos edificios públicos y privados; la bella Valencia, recostada en su encantadora huerta, como una reina en un lecho de rosas; Córdoba, la antigua capital de los califas, la puerta de oro por donde se derramaron en el Occidente las artes y el lujo de Oriente; Granada, el castillo encantado y romántico, la Bagdad europea, envanecida con su Alhambra, Generalife y Albaicín y con su fértil vega, cercada de sierras, coronadas de nieve, como de riquísima diadema; Sevilla, en fin, el emporio de las riquezas de América, la primera plaza comercial de Europa, con sus muelles llenos de extranjeros de todas las naciones, y agobiada por el peso de tantas riquezas; con su gigantesca catedral, el templo más vasto del orbe; con la esbelta torre de la Giralda, que se destaca de las tranquilas aguas del Guadalquivir, eran las joyas más preciadas de la bella Península.