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Lo pregunto por saberlo dijo con mucha calma el militar. Ahora repito que no sospechas de qué acciones soy yo capaz. ¿Creerás que es posible, si me pruebas que le quieres tanto, que yo le comprenda en esta protección generosa que te consagro, y me interese por los dos tanto como ahora me intereso por ti? Pero falta una condición para esto.

La dificultad de decir algo nuevo y atinado de Santa Teresa crece al considerar lo fecundo y vario de su ingenio y la multitud de sus escritos; y más aún si tenemos en cuenta que su filosofía; la más alta y más generosa, no es mera especulación, sino que se trasforma en hechos y toda se ejecuta.

El principio indefinible del ser, con el cual yo creía unirme, y del cual todo lo que se afirma es negando, era el no ser: era la nada. Mi supuesta identificación con él fue muerte egoísta. No fue la muerte generosa de aquel que, amando la vida, sabe darla por el triunfo de una noble idea; por su patria; por la felicidad del objeto amado.

Yo me doy a entender que ellos dijeron todo lo que quisieron, y que, sin miedo de perder el favor del amable soberano que los hospedaba y regalaba con generosa magnificencia, permítaseme lo familiar de la frase, se despacharon a su gusto.

Una desesperada curiosidad le hizo pasar el día entero en Monte-Carlo. Volvió á encontrarse con Martínez. El oficial siguió adelante, apartando su mirada para no verle; pero el príncipe creyó sorprender en sus ojos una expresión fugitiva de lástima generosa, la conmiseración hacia un rival desgraciado é inofensivo. También llevaba flores: indudablemente distintas á las del día anterior.

Hay algunas personas de alma delicada y generosa, pero aun éstas no pueden menos de resentirse de la sociedad en que han vivido: son capaces de un rasgo heroico, de una pasión fuerte, pero no pueden alcanzar ciertas nuances del espíritu, ciertas delicadezas que sólo se encuentran en las clases elevadas y en una sociedad culta y refinada. ¿No piensa usted dar una vuelta por Madrid?

Permaneció inmoble un rato; rompiendo al fin el silencio, con voz mal segura, dixo: Generosa dama, perdonad á un extrangero desventurado, que á preguntar se atreve ¿por qué extraño acaso encuentro aquí el nombre de Zadig, por vuestra divina mano escrito?

Encendíase la sangre en generosa indignación al pensar que a la semana siguiente el Noticiero de Dutch Flat, contestó a la tierna pregunta con una chanza pobre y brutal, haciendo constar que el ciprés es una planta exótica y desconocida por completo en la flora de la comarca.

Vuesa merced agregó no tendrá con esto más trabajo que reunir sus pergaminos para la probanza de limpieza, e será como probar la lumbre del sol. Expresó Ramiro su reconocimiento y, con los ojos como deslumbrados, estrechó en las suyas aquella mano generosa. Apenas el cortesano se hubo alejado por la galería, doña Guiomar arrojose a los pies de Ramiro, abrazándose a sus rodillas.

¡Puentecillo de El Pardo, por donde pasaba el príncipe de las leyendas galanas! En las tardes vernales, doradas y olorosas, yo he evocado la sombra del rey galán por estos jardines señoriales y estas montaraces espesuras. Yo siento una honda simpatía por este príncipe y por esta época exaltada, generosa, pintoresca, de un decadentismo elegante y escéptico.