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Pensé que en la vida había algo más que hacer que buscar el goce y que había otros hombres que en los talleres, en las canteras, en las minas, pasaban sus días en un trabajo penoso para ganar lo necesario y, sin embargo, no habían merecido ser tan desgraciados.

Los gallegos huían á su tierra así que se iniciaba una huelga y aparecía en las minas la guardia civil. Habían venido á ganar dinero y evitaban los conflictos pasando por toda clase de explotaciones y abusos.

La existencia de don Juan es continuo pensamiento en la mujer: si duerme, sueña con ella; si vela, medita enseñorearse de alguna; si come, es para adquirir vigor; si bebe, para que la imaginación se le avive y abrillante, inspirándole frases apasionadas; si gasta, es por ganar voluntades; si descansa, es para aumentar el reposo de que nace la fuerza.

Quieta, Cecilita, quieta, que si le enseñas mis cartas a tu tía, me va a ganar. No hagas caso, monina, tira por ellas decía la joven riendo.

Ya lo ve usted, trabajando como un negro para los demás y teniendo miseria sobrada. ¿Sigue usted lavando? De algún modo se ha de ganar el pan... Pero es un endiablado oficio; estoy medio muerta de reumatismo... No ha tenido una buena suerte... No todos nacen con estrella, como el Príncipe y su mujer... Estos han hecho ya lo suyo y pueden ahora cruzarse de brazos.

Ambos reposaban entonces en el cementerio, Marta y yo, huérfanas, abandonadas, nos quedamos en la granja desierta, esperando el momento en que se nos expulsaría. Por mi parte sabía el camino que tenía que seguir, sabía que el porvenir no me ofrecía otra perspectiva que la de ganar duramente mi pan al servicio de otros.

La Iglesia paga a sus servidores como en la época de la fe: cree que aún está en los tiempos en que los pueblos enteros se lanzaban al trabajo con la esperanza de ganar el cielo y levantaban catedrales sin más recompensa positiva que el caldero de rancho y las bendiciones del obispo.

Pero Raquel insistió, y volviendo a su tono persuasivo, suave, le pidió que al menos postergara el casamiento hasta una semana más. Que no sea este lunes que viene, sino el otro. ¿El otro lunes? , no te pido más. quieres ganar tiempo. Postergarlo hasta una semana... Te lo suplico. No, si el casamiento se postergara tres días, nada más que tres días, tal vez ya no me casaría, estoy segura.

Que sienten el averse de ir presto; mas que se pueden dar muchos parabienes al Autor que la recibiere, por aver de ganar de comer con ella largamente. Animanle tras esto á que no desampare la pluma; que es lastima no honre sin cesar los teatros con la agudeza de su ingenio.

Pasará, es seguro; pero mientras tanto, ¿cómo puedo vivir?... Acabas de librarme de una congoja moral con el olvido de esa deuda. Te lo agradezco. Pero yo necesito trabajar, ¡yo quiero ganar dinero! ¿Qué me aconsejas?... El quedó estupefacto. ¿A qué trabajo podía dedicarse Alicia?... Su pregunta era para ser contestada con una risa.