United States or Macao ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ambos hablaban y reían con un aplomo de buen gusto, pero que no por eso dejó de atacar los nervios un poco irritables del señor de Candore, el cual arrojó el cigarro medio fumado y bajó rápidamente al encuentro de su prima. Blanca se disponía a volver a la quinta con las facciones animadas por el ardor del juego, mientras la sangre corría más viva bajo su piel transparente y nacarada.

Y extrajo de su chaqueta un papel mojado, que contenía un mendrugo y un pedazo de queso. La sonrisa fría con que se negaba a aceptar los obsequios, cortaba toda insistencia. Zarandilla abría sus ojos turbios, como para ver mejor a aquel hombre asombroso. ¿Pero al menos fumará usted, don Fernando? dijo Rafael ofreciéndole un cigarro. Gracias; no he fumado nunca.

Las obreras llorosas que volvían de decir adiós á sus hombres vieron al mismo señor sonreir á los niños que marchaban junto á ellas, acariciar sus mejillas y alejarse, abandonando en sus manos la pieza de cinco francos. Don Marcelo, que nunca había fumado, frecuentó los despachos de tabaco.

Su salud se mantiene delicada, y su moral parecía igualmente afectada para siempre. Parece convencido, como la mayor parte de la gente, de que su mujer, en lo tocante al capitán de Sontis, no tiene más culpa que haber bebido demasiado Sauternes, y haber fumado un habano, cuyo humo la había privado de la conciencia de sus actos.

Si hubiera fumado, no hubiera sido mayor la estupefacción de aquellas solteronas. «¡Una Ozores literata!». «Por allí, por allí asomaba la oreja de la modista italiana que, en efecto, debía de haber sido bailarina, como insinuaba doña Camila en su célebre carta». El cuaderno de versos se había presentado a los padres graves de la aristocracia y del cabildo.

Roberto estaba todavía sentado, como yo lo había dejado, en una esquina del canapé; había fumado su cigarro, del que no le quedaba ya más que la punta entre los dedos, y el bordado de Marta contenía una flor que antes no existía. ¿Por qué te encoges de hombros con ademán tan despreciativo? me preguntó Marta. Y Roberto agregó: Parece que no tengo la aprobación de la señorita.

No se veía ya a los estudiantes. Encendió con mano trémula un cigarrillo, y apenas se lo hubo fumado, encendió otro. «¡Vaya una aventura! se dijo . Será un milagro que no me resfríe. Acaso la tuberculosis en perspectiva... Por fortuna, no me han dado alcance los estudiantes, aunque corrían de lo lindo. Uno no cesaba de gritar: «¡Alto!» ¡Era terrible

Al final de la comida del mediodía, después de haber bebido su botella de sidra hecha, y fumado sus dos pitillos, de los amarrados por la cintura, era ya otro hombre.

Todavía puede ser que me anime y le pegue otra pechada a don Raimundo... O mucho toupet o hundirse. El Vitalicio nos ha fumado esta vez, pero, ¿y si hubiéramos ganado? ¡qué atracón de nacionales!

Era fumador, como creo ya haberos dicho. Desde el primer día del viaje se redujo a fumar dos cigarros por día; uno por la mañana, antes de partir, y el otro por la noche, antes de acostarse. Pero una mañana la enferma le dijo: ¿No ha fumado usted? Me parece sentir el olor del tabaco. Don Diego dejó sus cigarros en la primera posada y no volvió a fumar.