United States or Guam ? Vote for the TOP Country of the Week !


Isidora trató de abrir el puño del muchacho; pero este apretaba tan fuertemente sus dedos, que los blandos y flojos de Isidora no pudieron moverlos ni un punto, ni separarlos. Con su fuerza varonil, Mariano hacía de su mano un arca de hierro. «Abre la mano, ábrela. No quiero. ¿Qué tienes ahí?... ¿Qué has cogido?». Mariano se puso de un salto en la puerta, siempre con el puño cerrado.

Salvador notó que la dama se agarraba más fuertemente a su brazo. Al sentir los puntiagudos dedos de esqueleto y el roce de los viejos tafetanes del vestido, así como el de las pieles impregnadas de olor de sepulcro, sintió que era una verdad aquel frío glacial de que la dama hablaba. Hace mucho frío, señora. Y las calles están muy solitarias.

Maximina al sentirse en los brazos del joven comenzó a temblar fuertemente. ¡Suélteme V.! ¡por Dios me suelte V.! ¿Me quieres ? ¿me quieres? ¡Suélteme V., por Dios! No, sin decirme que me quieres. Pues , le quiero, le quiero; ¡suélteme V.! El joven la besó con pasión en los labios y la dejó huir a su cuarto.

Y a pesar de que el joven la tenía fuertemente sujeta entre sus brazos, ella manoteaba, defendiéndose para no caer en el negro abismo que veía su trastornada imaginación. Luego dio un alarido y rompió a llorar con desesperados gritos: ¡Mi padre... mi pobre padre! Míralo: está en la puerta... entra... nos mira; lleva una mortaja... blanca, blanca como la nieve.

Aún más se extraña la distinción que hace en favor de La ingratitud vengada, suponiendo que con este título indique una comedia de las más débiles de Lope de Vega . Acaso la tendencia moral, fuertemente caracterizada, que se halla en el argumento de este confuso tejido de intrigas amorosas y de asesinatos, que lo hace repugnante á nuestros ojos, lo recomendó á la consideración de Cervantes. ¿Pero cómo era posible que un poeta diese su fallo obedeciendo á motivo tan liviano?

Hasta lo echaba en la sopa. D.ª Tula, con empalagosa solicitud, se lo advertía. ¡Don Oscar! ¡don Oscar! Déjeme usted, doña Tula. Atienda usted a su estómago, y no se meta en el de los demás respondía con su voz formidable el enano, trayendo hacia si la vinagrera. En cambio, D.ª Tula abusaba fuertemente del azúcar.

Pero veis cómo el piadoso cielo socorre en las mayores necesidades, pues llega don Gaiferos, y, sin mirar si se rasgará o no el rico faldellín, ase della, y mal su grado la hace bajar al suelo, y luego, de un brinco, la pone sobre las ancas de su caballo, a horcajadas como hombre, y la manda que se tenga fuertemente y le eche los brazos por las espaldas, de modo que los cruce en el pecho, porque no se caiga, a causa que no estaba la señora Melisendra acostumbrada a semejantes caballerías.

Pero, usted, Marenval, con su fortuna, ¿por qué no viaja usted? El defecto capital de Marenval era la vanidad. No pudo pues privarse del placer de deslumbrar á Harvey, y dijo, sin calcular el alcance de sus palabras: Pues bien, será usted complacido, Harvey, porque voy á hacer un viaje á ultramar con Tragomer... No terminó, porque la mano de Cristián, le apretó fuertemente el brazo.

Mas, repentinamente, se iluminó; sus ojos brillaron; todo su rostro, que era asaz insignificante, se transfiguró adquiriendo cierto encanto indefinible. Era que Pepe Castro se acercaba a saludarla. ¡Preciosa, preciosa! dijo el adonis en tono distraído, inclinándose con afectación. La niña se puso fuertemente colorada. ¿Quiere usted bailar el primer vals conmigo?

a ciencia cierta, pues, que me ama profundamente en ese estado, no ignorando tampoco que en sus momentos de lucidez no tiene la menor preocupación por mi existencia, presente o futura. Esto crea así un caso de sicología singular de que un novelista podría sacar algún partido. Por lo que a se refiere, decir que esta doble vida sentimental me ha tocado fuertemente el corazón.