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Y en dos saltos franqueó la puerta y la barrera, ganó la playa que estaba próxima y pudo verse cómo se arrojaba al mar con su caballo... Entonces ocurrió un suceso bastante raro.

Era por entonces capitan general Don Pedro Carbonell, en cuyas manos vino la casualidad á poner el hilo de la trama, ó mas bien que la casualidad la poca discrecion de un comerciante de Carácas, llamado Don Manuel Montesinos y Rico, quien deseoso de hacer prosélitos se franqueó á su barbero, mancebo timorato y de pocas luces.

Eran las diez de la noche, cuando me presenté al conserje de la Academia y le pedí las llaves del anfiteatro para recojer unos instrumentos que había yo dejado olvidados. El conserje me las franqueó en seguida y hasta ofreció acompañarme, pero yo le dispensé esa molestia, y penetré solo en el salón.

¡Todos, cualquier marido, el último, haría un sacrificio para halagar a su mujer! Y ... y ... ni un miserable vestido que ponerme, tengo! Cuando se franquea cierto límite de respeto al varón, la mujer puede llegar a decir a su marido cosas increíbles. La mujer de Kassim franqueó ese límite con una pasión igual por lo menos a la que sentía por los brillantes.

Como notase en D. Alonso iguales síntomas de recrudecimiento, se franqueó con él, y desde entonces pasaban gran parte del día y de la noche comunicándose, así las noticias recibidas como las propias sensaciones, refiriendo hechos pasados, haciendo conjeturas sobre los venideros y soñando despiertos, como dos grumetes que en íntima confidencia calculan el modo de llegar a almirantes.

Formaron una sociedad de socorros mutuos para apuntarse la lección, ahorrarse trabajo al traducir, buscando juntos los significados en el diccionario y responder, al pasar lista, uno por otro: hasta llegaron a reunir en común la colección de sellos de franqueo que por entonces hacía todo chiquillo madrileño.

Verdad es dijo don Celso riéndose . Me olvidaba de que esto es también estanco donde se venden los sellos de franqueo. Traiga usted uno por nuestra cuenta. Obedeció Cuarterola. Volvió con el sello; pególe a la carta Lépero, y al devolvérsela al tabernero, le dijo: Ahora veamos cuánto se le debe a usted por todo.

Al mismo tiempo una muchachota con las piernas desnudas, una rueca en la mano y llevando el antiguo vestido del país y la cofia ducal de las paisanas de esa región, franqueó rápidamente el foso; espantó, al pasar, algunos carneros, cuya pastora parecía, y vino á plantarse con cierta gracia sobre el estribo, presentándonos en el cuadro de la portezuela su fisonomía bronceada, resuelta y sonriente.

Llegado que fue a casa del pintor franqueó la puerta dirigiéndose en derechura al taller donde encontró a Beatriz, presente su marido, ocupada en una labor de tapicería. Querido, vengo a darte un apretón de mano... porque no si volveré a verte antes de mi escapada a América... ¡Estoy tan ocupado!

Pero hizo un esfuerzo y diciéndose que era aquella una posada pública en la que él tenía tanto derecho á entrar como cualquier otro, franqueó la puerta y se halló en la sala común.