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Los sucesos sorprendentes, las situaciones interesantes, que excitan la curiosidad, y hace surgir el poeta de estos motivos, eran ya proverbiales en vida del autor: llamábaseles Lances de Calderón, y no faltaban entonces personas, que criticasen la repetición constante de causas iguales para atraer la atención. Nuestro mismo poeta aprobaba estas observaciones, y hasta las formulaba chanceándose.

Pasaba revista a la servidumbre y formulaba juicios y acusaciones. María no se llevaba bien con el lacayo. El cochero daba muy mala vida a su mujer, el miércoles la había pegado con la fusta hasta que se cansó. ¡Qué hombres tan perversos hay! ¿verdad, señorita? Para dar con uno así, más vale quedar soltera toda la vida. La generala procuraba cortar secamente los asuntos y abreviar.

Después de unos cuantos cumplimientos triviales, a los que ella respondió con extremada reserva, se quedó cortado golpeando con expresión indecisa la tabla del ventanillo y como molesto por aquella límpida mirada que formulaba claramente esta pregunta: No es a la señorita Raynal a quien debe estar dedicada esta visita; ¿qué quiere usted, pues?

Pasó Delaberge la mañana siguiente redactando un informe en que exponía a la Administración Central el resultado de su visita a los bosques de Carboneras y después de hacer valer sus propias apreciaciones sobre el cambio de terrenos propuesto por la Administración Provincial, demostraba la necesidad de tener en cuenta las legítimas objeciones de los usuarios, formulaba un contraproyecto con planos a la vista y solicitaba una pronta resolución, a fin de que en la próxima reunión de los representantes de la comarca pudiese ya indicar las bases de un arreglo.

En todos los huecos de la peña había depositados gran número de restos humanos. ¿Quién los había colocado allí? ¿De qué raza procedían? Preguntas son estas que cada uno de nosotros formulaba en su interior, buscando una contestación en las descarnadas cuencas de los amarillos cráneos. El silencio y la muerte nos rodeaba en aquella misteriosa Necrópolis.

Mientras tanto, el profesor Flimnap, por medio del texto del inventario, formulaba una opinión decisiva. Este aparato debía guardarse para siempre en la Universidad, á fin de que los sabios se dedicasen á su estudio, si lo juzgaban interesante.

En la manera que habían conducido Juan y Huberto en esta circunstancia, sin tiempo para reflexionar, obedecían a la esencia misma de sus naturalezas. María Teresa comprendía que la actitud del uno y del otro era la expresión franca de sus respectivas educaciones. De deducción en deducción, un juicio razonado se formulaba en el espíritu de la joven.

Neris, con la cara oculta entre las manos, formulaba una ardiente oración por su hija. El notario Hardoin contemplaba a la asistencia a través de sus gafas protectoras. ¿Cuál de aquellos dichosos hubiera podido soportar impunemente el agudo análisis de su vista sutil y penetrante? ¿Cuál de aquellas felicidades era bastante firme para eso? ¡Ay!

En vano la voz cuerda le insultó mientras formulaba tales ofrecimientos. Se comprometía ciegamente; tal vez esta aventura iba á ser la más terrible de su historia... Pero para acallar sus escrúpulos, la otra voz gritaba: «Eres un caballero, y un caballero no abandona por miedo á una mujer horas después de haber recibido el presente de su cuerpo. ¡Adelante, capitán

Le hacía daño, como un remordimiento, la simplicidad con que la pobre señora formulaba sus quejas y el engaño en que vivía. ¡Creer rica á Elena! ¡Imaginarse que él podía imponer á su esposa una vida ordenada y económica, como lo había intentado repetidas veces al principio de su existencia matrimonial!... La entrada de Elena en la biblioteca cortó sus reflexiones.