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En un magnífico lecho, que por muchas señales demostraba ser un lecho de mujer, y de mujer galante, hundido en los colchones, medio sepultado en las almohadas, revuelta la cabellera, caladas las antiparras, sosteniendo un libro en folio, leía Quevedo.

«En la Historia de la vida, virtudes y milagros de la Benerable Madre Ana de San Bartolomé, conpañera yseparable de la Santa Madre Theresa de Jhs., Propagadora insigne de la reformacion de las Carmelitas descalzas y Priora del Monasterio de Amberes, dedicada á la Serenísima Señora Doña Isavel Clara Eugenia, infanta de España, por el Maestro Fray Chrisóstomo Henrriquez, Coronista general de la Orden de San Bernardo en Bruselas; en el capítulo nobeno, en la plana folio 619, calificando la vida, muerte y salvacion del Secretario Antonio Perez, siendo entonces esta Madre Abadesa de Fonte Ebrando, que es un lugar poco más de dos leguas de Tours, en Francia, dice lo siguiente, que para aprobacion de sus escritos un curioso lo copió de dicho libro y puso aquí para calificarlos y que se haga dellos la estimacion que se deve: »Un dia de la Octava del Santíssimo Sacramento la mostró el Señor mucha gracia y la conbidava á que pidiesse algo; y estando recogida en esta vission, vió delante de tres personas: la una era una hermana suya, la otra un Primo y la otra Antonio Perez, Secretario del Cathólico y prudente Rey Don Phelipe segundo.

El Gobierno de Buenos Aires dió un aparato solemne a la ejecución de los asesinos de Juan Facundo Quiroga; la galera ensangrentada y acribillada de balazos estuvo largo tiempo expuesta a examen del pueblo, y el retrato de Quiroga, como la vista del patíbulo y de los ajusticiados, fueron litografiados y distribuídos por millares, como también extractos del proceso, que se dió a luz en un volumen en folio.

Seguro estoy dijo este a su prima de que mi tía me hace la honra de llamarme para tener la satisfacción de echarme una peluca. Ya veo despuntar un sermón entre sus labios apretados, una filípica en su nebuloso entrecejo y una reprimenda de a folio, a caballo sobre su amenazante nariz. Pero... ¡qué feliz ocurrencia! Voy a armarme de un broquel.

Este golpe le trastornó y le modificó tan dichosamente el encéfalo, que, no bien sanó de su grave y peligrosa herida, se convirtió en uno de los más agudos y sublimes sabios jesuitas que hubo en el siglo XVII: escribió luminosos comentarios del Pentateuco, y otras obras no menos útiles que forman juntas diez o doce tomos en folio; y, por último, murió en Roma en olor de santidad.

Se reimprimió en el mismo punto por los hermanos de Tournes en 1754, y volvió á hacerse otra edición en Madrid por Pedro Marín en 1771. Las dos ediciones hechas en Bélgica son en 4.º y la madrileña en folio. Fué obra que obtuvo una acogida por los religiosos cual ninguna otra de su género. Se llegó á hacer absolutamente necesaria á cuantos Misioneros pasaban á Indias.

"En la cubierta y primer fólio del códice, encima del título, se lee, de letra más moderna: "De las relaciones del tiempo de la visita;" lo cual, en mi entender, explica el error de haber tenido por anónimo este escrito de Cieza.

Aquí depositó el pálido eclesiástico su biblioteca, rica en enormes libros en folio forrados en pergamino, que contenían las obras de los Santos Padres, la ciencia de los Rabinos y la erudición de los monjes, de cuyos escritos se veían obligados á servirse con frecuencia los clérigos protestantes por más que los desdeñasen y hasta vilipendiasen.

Compuso varias tragedias y comedias, traducciones de salmos, cuentos, fábulas, etc. Aunque vivió en una época de decadencia literaria, se distingue, sin embargo, por su gracia é inventiva imaginación. Sus obras, reunidas en cinco volúmenes en folio, han sido publicadas de 1570-79.

Como es parroquia la ALJAFERÍA tiene libros parroquiales, y los que hoy existen principian por la partida de bautismo de José Pedro León Guiralt en 29 de Junio de 1687: pero al primer folio de este libro hay una certificacion de D. Simon Cenon de Rojas, secretario de la inquisicion en que dice haberlo entregado de órden del santo tribunal al rector D. Francisco Ferrery Berges, y haberse quedado en el archivo del citado tribunal por justas causas el tomo anterior que comenzaba en el año 1587.