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Gran falta es la que llevas contigo, y así, querría que aprendieses a firmar siquiera.

Entre las obras de arte llama la atencion un enorme plano en relieve de la ciudad de Madrid, en yeso, que es de un mérito sobresaliente; así como entre las curiosidades históricas se notan: la famosa, tienda de los Reyes Católicos en Granada, trabajo exquisito y muy adelantado para su época, y la mesa y las sillas que sirvieron para redactar y firmar el convenio de Vergara, que puso fin á la guerra civil de los carlistas.

Respondióles que hiciesen una carta quél la firmaría, y daría por bien todo lo que hiciesen. La carta se escribió en la misma tienda y llevóla á firmar el sargento de Francisco Henríquez. No la pudo firmar Olivera por la herida que tenía en la mano.

De Cantabria.... Vienen a firmar la unión del Norte... explicó Lola . ¡A me gustaría ver el desembarque! Si hubiese tenido con quien ir. Yo fui.... ¡Qué lástima! dijo Baltasar. Chica.... ¡Vaya una idea! exclamó Josefina soltando menudas carcajaditas . Yo huyo de esas confusiones.... Me aterra pensar que pueden gentes sin educación apachucarme, pisarme.... ¡Qué fastidio!

Y el tío, sin que lo supiera nadie más que él y la sobrina, dejó de rendir cuentas de gastos y de ingresos a bicho viviente. Cada cual firmaba lo que tenía que firmar, sin leer un renglón ni una cifra, y no se hablaba del asunto.

La duquesa se encogió de hombros, con muestras de grande impaciencia. Pues no dice eso el manifiesto que se negó a firmar Bravo Murillo dijo. Tampoco dice lo contrario. Entonces...

Digo lo mismo con respecto a la Inglaterra, cuya política en el Río de la Plata haría sospechar que tiene el secreto designio de dejar debilitarse, bajo el despotismo de Rosas, aquel espíritu que la rechazó en 1807, para volver a probar fortuna cuando una guerra europea u otro gran movimiento deja la tierra abandonada al pillaje, y añadir esta posesión a las concesiones necesarias para firmar un tratado, como el definitivo de Viena, en que se hizo conceder Malta, El Cabo y otros territorios adquiridos por un golpe de mano.

Cuando quería demostrar algo con textos ajenos y no los hallaba a mano, valíase del ilustre Murfinos, de la Academia de Noruega, de Max Stradivarius, célebre catedrático de la Universidad de Gottinga, y otros sociólogos no menos fantásticos, inventados por él para deslumbrar a su cliente. Al fin, él no había de firmar la obra.

Eso quería yo hacer, y vos no quisísteis. Temí por vos. Y hoy por vos tenéis miedo. Os ruego que lo penséis. Lo tengo pensado. ¿Conque soy vuestro prisionero? Prisionero por amor. Sois, pues, mi Carlos V. Y vos, mi Francisco I; por lo mismo temo firmar con vos las paces, no sea que vos me engañéis, como Francisco I engañó á Carlos V. ¡Entendida sois en historia!

He tenido un placer y una sorpresa cuando esta mañana el duque de Lerma me ha dado á firmar vuestro nombramiento de inquisidor general. Como he firmado con sumo gusto el nombramiento de embajador para don Baltasar de Zúñiga, y el de gentilhombre de mi cámara para el duque de Uceda; estaban demasiado apoderados del príncipe don Felipe.