United States or Heard Island and McDonald Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


¿Con quién estás hablando, Amaury? preguntó Magdalena, apareciendo entonces en la puerta, arrebujada en un amplio chal de cachemira y lanzando una rápida mirada a su prima, que dio un paso pretendiendo retirarse. Ya lo estás viendo, Magdalena: hablo con Antoñita, y estaba felicitándola por su elegancia. Tan sinceramente como acababas de felicitarme a mi, de seguro.

Al día siguiente, cuando se presentó en casa de Arizmendi, pensó Cracasch: Nada, van a felicitarme por la broma de ayer. Entró y le pareció que todo el mundo estaba serio. De pronto, se le acercó Arizmendi y con voz más que severa, iracunda, en un terrible ab irato, le dijo: No vuelva usted a poner los pies en mi casa. ¡Imbécil! Si no fuera usted un idiota, le echaría a puntapiés.

Fui por la tarde a dar las gracias a Genoveva por su amable envío, y mi amiga se arrojó a mis brazos para felicitarme por mi buena suerte, mientras su madre me preguntaba con interés si estaba satisfecha. No pude negarlo, puesto que a mi satisfacción de los primeros momentos se unía otro sentimiento muy comprensible, que era éste; el señor Baltet empezaba a pertenecerme por derecho de conquista.

Lo ignoro. Pero ella se puso muy encarnada y creció su rubor cuando vio que yo bajaba y me acercaba a ellas. Y cuando mi tía, después de darme un beso, le pasó mi corona invitándola a felicitarme, se desconcertó por completo. No estoy bien seguro de lo que me dijo para atestiguar que experimentaba una gran satisfacción y me felicitó en los términos que son de uso. Su mano temblaba levemente.

¡Yo...! ¿Qué motivo hay para felicitarme? exclamó el joven sonriendo, haciéndose de nuevas y rebosando de orgullo. ¡Casi nada!

, contestó Makaraig con su sonrisa amarga; ¡resuelto favorablemente! ¡Acabo de verme con el P. Irene! ¿Y qué dice el P. Irene? preguntó Pecson. Lo mismo que don Custodio, ¡y el pillo todavía se atrevió á felicitarme! La comision que ha hecho suyo el dictamen del ponente, aprueba el pensamiento y felicita á los estudiantes por su patriotismo y deseo de aprender... ¿Entonces?

Aunque me había dejado usted adivinar algo esta mañana, no podía yo sospechar en modo alguno la realidad. ¿Y usted? agregó, acompañándola hasta su asiento. Dígame: ¿Cuándo podré felicitarla yo a usted? ¿Felicitarme a ? ¿De dónde saca usted que pueda ocurrir tal cosa? ¿Es posible que llegue nunca ese caso? , Antoñita; casándose usted.

El almirante envió á su Secretario para felicitarme, así como á mi Gobierno, por la animación y actividad que se notaban á favor de la campaña, manifestándome al propio tiempo, que entendía muy próximo el día fijado para empezar el levantamiento, y que debía transferirlo para otro más lejano en el que las tropas revolucionarias estuvieran mejor organizadas.

EL JUEZ. ¡En efecto! ELOY. Puede usted felicitarme tanto más cuanto que la señora Genvrain, sin que horripile, tampoco puede pasar por una belleza. Así, las señoritas subvencionadas no resultan ya tan atrayentes. ELOY. No tengo opinión sobre este asunto, porque nunca quise verlas de cerca.