United States or Ecuador ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y si salimos vencedores, que todo es posible con el favor del cielo, donde aún conserva y cuida Santiago su caballo blanco y sus armas, entonces se corregirán muchísimo los yankees, porque se les bajará el orgullo que es su mayor falta; y yo, aunque estoy abrumado por las enfermedades y los años, me regocijaré al contemplar á los yankees más apacibles y benignos, menos duros é insolentes con nosotros, renegando de su tontería de doctrina de Monroe, y alargándonos sin rencor y como Dios manda la mano de amigos.

SANCHO. Plega al cielo que me den El y su hermana mil cosas! ELVIRA. Basta darle cuenta desto. SANCHO. La vida y el alma he puesto En esas manos hermosas. Dame siquiera la una. ELVIRA. Tuya ha de ser: vesla aquí. SANCHO. ¿Qué puede hacer contra , Si la tengo, la fortuna? verás mi sentimiento Después de tanto favor; Que me ha enseñado el amor A tener entendimiento.

Impio consejo fuera él de los Catalanes, y pernicioso para su libertad, si los Turcos que admitieron en su favor fueran superiores en fuerzas, porque entonces libremente pudieran introducir su secta, y hacer daño á su fe, y juntamente oprimir la libertad de quien les llamó.

Iba en busca de un hombre que se me ha perdido, y voy á buscarle á casa del duque de Lerma, vuestro padre, donde según dicen le habré hallado. ¿Vais á casa de mi padre? No, por cierto, voy á buscar al cocinero de su majestad. ¿Qué, se encuentra en casa de mi padre? Allí está prestado. ¿Queréis hacerme un favor, don Francisco? ¿No sabéis que podéis mandarme?

En los últimos años de la vida del poeta, el tornadizo favor del público parece haberse complacido más en las obras de algunos nuevos ingenios que en las del viejo creador del teatro español; más de una vez el público recibió con hostilidad alguna de sus últimas creaciones.

Como si nada hubiera dicho don Víctor, con cara amable y voz dulce y suplicante advirtió: Señor Quintanar, si queremos dar con ellos tenemos que separarnos; hágame usted el favor de subir por ahí, por la derecha....

Y, apenas se hubo certificado, cuando, recogiendo su pergamino, en la izquierda tomó el mandamiento, y con la derecha asió a don Quijote del cuello fuertemente, que no le dejaba alentar, y a grandes voces decía: ¡Favor a la Santa Hermandad! Y, para que se vea que lo pido de veras, léase este mandamiento, donde se contiene que se prenda a este salteador de caminos.

El silencio con que acogían su victoria molestábales más aún que los gritos irónicos de algunos forasteros, que parodiaban la fanfarronería de los bilbaínos, ofreciendo un duro por un real, en favor del guipuzcoano. Terminó la lucha sin la explosión de entusiasmo que esperaba Aresti.

Pero atiéndeme, te lo ruego: no me busques, evita nuestro encuentro. Es el último favor que podrás hacerme. Sólo lejos de tu presencia encontraré cierta tranquilidad.

Me vas á hacer el favor, ¿eh?, de no perder mañana el tiempo en arrullos, como Romeo en el balcón de Julieta. Los campos están llenos de alondras que te cantarán la canción de la partida. Ahora bien, esa partida no debes efectuarla solo. Toma tus disposiciones con Herminia para llevártela el mismo día, si es posible.