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Sólo por él, por salvarle... si mañana no tenemos la suma justa, la falsificación queda descubierta... ¡qué horror! a lo que se exponen estas criaturas sin discernimiento; porque Quilito lo ha hecho de inocente, de atolondrado... ¡Volver a casa de misia Petronila! ¿a qué? para sufrir un segundo desaire: no, lo mejor, es esto; Gregoria no puede negármelo: si no es para , ni para Pablo, es para el hijo de Pilar, una Esteven, ya que desprecia tanto a los Vargas, olvidando el apellido que lleva.

Acordose de que Jacinta había querido recoger a otro niño, creyéndolo hijo de su marido... «¡Y mío...! ¡creyéndolo el mío!». Desde la altura de esta idea, se despeñó en un verdadero abismo de confusiones y contradicciones... ¿Habría hecho ella lo mismo? «Vamos, que no... que ... que no, y otra vez que ...». ¡Y si el Pituso no hubiera sido una falsificación de Izquierdo; si en aquel instante, en vez de mirar allí a la niña de Mauricia, viera a su pobre Juanín...! Le entraron tan fuertes ganas de echarse a llorar, que para contenerse evocó su coraje, tocando el registro de los agravios, segura de que le sacarían del laberinto en que estaba. «Porque me quitaste lo que era mío... y si Dios hiciera justicia, ahora mismo te pondrías donde yo estoy, y yo donde estás, grandísima ladrona...». No siguió, porque Jacinta, no pudiendo resistir más las ganas de entablar conversación, la miró otra vez y le hizo esta preguntita: «¿Qué tal estuvo la Comunión?

Esto son licorerías, boticas, cualquier cosa, menos lo que fueron en otro tiempo y ¡vamos!, que me dan ganas de echar a volar para no volver, cuando os presentáis con esos papelillos, pidiéndome que haga otra falsificación. El viejo se indignaba oyendo las respuestas de Fermín. Son exigencias del comercio moderno, señor Vicente; han cambiado los negocios y el gusto del público.

«¿De modo dijo esforzándose en vencer su abatimiento y espolear sus ánimos decaídos , de modo que usted cree en esa gran paparrucha de la falsificación? ¿Conque paparrucha?... ¡Ay niña, niña, usted no sabe lo que se dice! La falsificación es tan clara, tan evidente como la luz del mediodía. El Tribunal lo ha declarado categóricamente.

Entre los muchos ejemplos que se pudieran citar, en que la falsificacion ha sido probada, ó en que se ha sospechado no sin fuertes indicios, recordaré un hecho gravísimo, cual es lo que está sucediendo en Francia con respecto á una obra muy importante: Los Pensamientos de Pascal.

EL ESCRIBANO. Y el juez ha encontrado el fundamento. ISIDORA. Pues daré fianza... EL ESCRIBANO. Precisamente... en el delito de que se trata no puede concederse fianza. ISIDORA. ¡Delito! ¿Está usted seguro de lo que dice? EL ESCRIBANO. El pleito es ahora causa criminal... EL ESCRIBANO. De falsificación.

No y no. Aun en el supuesto de que pudiera echarse tierra sobre la falsificación... ¿qué porvenir me espera? ¡trabajar, trabajar siempre! porque de esto estoy convencido, el juego no saca de pobre a nadie: los jugadores son ricos de relumbrón, y aun así, en las raras ocasiones que la suerte les permite brillar, pues, a lo mejor, se quedan a obscuras por larga temporada... y con franqueza, yo no podría trabajar, no podría; ¿acaso me voy a poner detrás de un mostrador? ¿a entrar de cagatinta en una oficina? ¿a ir de guardador de ovejas a una estancia? ¡sería vergonzoso! y como carezco de capital, me sería imposible emprender un negocio cualquiera... Creo que, si lo tuviera, el capital, lo jugaba de un golpe, a ver... No sirvo, pues, para trabajar, y no pudiendo avenirme, naturalmente, con mis gustos y mi educación, a hacer las del tío Agapo, me doy yo mismo el pasaporte... Ya llega, ya llega el agua y el farol de la punta del muelle está encendido... pero, todavía no...

Hay ciertos bienes que valen más encontrados al azar que buscados con cálculo, y es muy general que quien despreció la suerte cuando pasó a su lado, ande después a cabezadas tras ella, y no la encuentre ni siquiera pintada, o halle cualquier falsificación del bien y la coja gozoso y la abrace y se desengañe y rabie, deplorando su torpe indolencia.

Debieron de ser substraídas de casa de Font el día del incendio. Pero hay otro documento: el acta hecha por Andréu. En ella aparece una novedad y es que el nombre de Nicolás Font aparece sustituido por el de Tomás Rufete. La falsificación está hecha con suma habilidad, y las circunstancias le favorecen.

En caso de que la falsificación resulte evidente, creo fácil probar que no ha sido usted la falsificadora, y que en este asunto ha procedido de buena fe. En resumen: seguridades de éxito en la causa criminal; seguridades de un fracaso en el pleito de filiación.