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Sea que hubiese gastado en menos de tres años toda su energía, sea que la vida fácil de París le retuviera con un atractivo irresistible, es lo cierto que durante diez años su único trabajo fue pasear sus caballos por el Bosque y exhibir sus guantes amarillos en el foyer de la Opera.

La compañía de opereta francesa de Mr. Jouy daba su primera funcion, Les Cloches de Corneville, é iba á exhibir á los ojos del público su selecta troupe cuya fama venían hace días pregonando los periódicos.

Su Bilbao volvería á ser la villa comercial, la de las famosas ordenanzas, con una vida mediocre y pacífica, sin enormes capitales, pero limpia la conciencia del remordimiento cruel que pesaba sobre ella, cuando desfilaba por sus calles el ejército de la miseria, los parias del trabajo en huelga, los que llegaban á exhibir como una acusación muda sus harapos y su cara de hambre ante los palacios de los ricos.

Al llegar á Málaga nos habían registrado los diminutos equipajes, no obstante que veníamos del interior del pais, y nos hablan hecho exhibir los pasaportes! En eso hay, al ménos aparentemente, mas rigor en España que en Francia.

Doña Isabel estaba siempre con cada ojo como un farol, y no las perdía de vista un momento. A esta fatiga ruda del espionaje materno uníase el trabajo de exhibir y airear el muestrario, por ver si caía algún parroquiano o por otro nombre, marido.

Y el mismo día de la vuelta á Bilbao, él, al escritorio, á ganar dinero, ó al club, para vivir entre hombres solos, dejando á la mujer entregada para siempre á las amigas. Y la mujer se refugiaba entre las de su sexo, sin más diversiones que el visiteo y el exhibir trajes y alhajas para envidia de las compañeras, pues hasta la faltaban ocasiones de lucir su riqueza.

Tal vez ¡oh dolor! no se pasaría mucho tiempo sin que otro sabio tuviese la fortuna de hallar quien se prestase a exhibir el cerebro voluntariamente; y entonces el nombre de aquel sabio brillaría eternamente al través de las edades, mientras el suyo eternamente quedaría sepultado en el olvido. La voz dulce como un gorjeo de su nietecito Mario le sacó del letargo doloroso en que yacía.

La lisonja en la conversación, Pedro, es ya como la Arcadia en la pintura: ¡cosa de principiantes! Pero, ¿por qué decías, puso aquí Juan, que no querías exhibir tus cuadros?

Una estela de polvos de tocador y vagas esencias de jardín artificial seguía el aleteo de las faldas desmayadas y flácidas, con brillantes pajuelas de oro o plata; el crujiente arrastre de los tejidos sedosos; el brillo de las espaldas desnudas suavizadas con una capa de blanquete; la tersura de las nucas, sobre las que se elevaba el edificio de un peinado extraordinario, el primero de una navegación que únicamente se había prestado hasta entonces a exhibir sombreros de paseo y velos de odalisca.

Todos los operarios temblaban más o menos y ofrecían las mismas señales de decrepitud. El director les propuso ir a ver el hospital. Algunos mostraron repugnancia; pero Lola Madariaga, que no perdía ocasión de exhibir sus sentimientos benéficos, rompió la marcha y la siguieron la mayor parte de las señoras y algunos caballeros. Otros se quedaron.