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Raúl balbucía y se contradecía mil veces, fingiendo una cortedad que era un homenaje a la virtud de la huérfana, que no podía menos de agradecérselo. Así, cuando el joven se despidió deshaciéndose todavía en excusas, Liette pensó sin la menor sospecha: ¡Pobre muchacho! Bonitas comisiones le encarga su tío...

Me oyen como si les hablase en griego. ¡Y pensar que les trato con toda finura, como en un colegio de la ciudad, para que aprendan ustedes buenas formas y sepan hablar como las personas!... En fin, tienen ustedes á quien parecerse: son tan brutos como sus señores padres, que ladran, les sobra dinero para ir á la taberna, é inventan mil excusas para no darme el sábado los dos cuartos que me pertenecen.

Además, la música ejercía sobre él una influencia letárgica. Pasó Maltrana junto a ellos. Nélida estaba en el salón y él vagaba por la cubierta. Al saber que aguardaban para asistir a la fúnebre ceremonia, se le escapó un gesto de contrariedad. Formuló varias excusas para justificar su ausencia, pero en vista de que la ceremonia era a las once de la noche, se ofreció a ir con ellos.

Yo también estuve a punto de dejarme arrastrar por el criminal deseo de mutilar o destruir a un semejante. Fue en 1820. ¿Y qué hice, señores míos? Pues darle toda clase de excusas. De excusas, , y me jacto mucho de ello, y con tanto más motivo cuanto que toda la razón estaba de mi parte. ¿No habéis leído, por ventura, las admirables páginas de Rousseau contra el duelo?

Marta agregó , no puedo pretender que soy inocente del todo, pero hay alguien más culpable que yo, y no creo que os sea difícil encontrarme excusas. Tened valor, Mathys dijo la viuda , yo le he de perdonar mucho al hombre que me ha protegido y defendido. Pues bien, escuchad, vais a saberlo todo.

Presenta tus excusas en la forma más fría y ceremoniosa que sepas. ¿Es decir que te consideras suficientemente fuerte para desafiar la cólera de Miguel? me dijo con orgullosa sonrisa. Nada hay que yo no esté dispuesto a hacer por tu propia seguridad fue mi contestación. Poco después me separé de ella, no sin esfuerzo, y tomé el camino de la casa del general Estrakenz, sin consultar a Sarto.

Quilito, hazme el favor de no defender estas iniquidades, porque creeré que estás corrompido, también, que te has contagiado con el mal de la época. Si yo no las defiendo, tía... Las excusas, que es igual. Ella no quiso tragar, y así lo decía, eso de que Esteven se hubiera arruinado, aunque se lo aseguró don Pablo y lo confirmó el mismo Quilito.

Apóyate en don Lázaro, Paula, que estás muy mala. ¡Ah! Triste cosa es llevar por acompañante á un caballerito como éste. El aragonés balbuceó algunas excusas, y dió el brazo á doña Paulita. Andando, sintió que la devota pesaba en su brazo como si fuera de plomo. Iba muy arrebujada, en su mantón y caminaba con dificultad. Va usted muy á prisa dijo, pesando más fuertemente en el brazo del joven.

Este no quedó menos asombrado reconociendo á Alicia en aquella mujer; una Alicia que vestía una bata lujosa, pero vieja, con guantes ajados en las manos y un velo arrollado en torno de sus cabellos. ¡!... ¡eres tu! exclamó ella . ¡Qué miedo me has dado!... Luego fué tranquilizándose, y sonrió á Miguel mientras éste murmuraba excusas.

Necesito veinte mil: ni uno menos. Si usted no puede... Iba á volverle la espalda, pero el enano le detuvo con humildad, considerando inútiles en la presente ocasión todas las excusas y retardos que hacía sufrir á sus clientes, como un suplicio á fuego lento. Se escurrió entre los grupos, suplicando á «Su Alteza» que esperase un instante.