United States or Honduras ? Vote for the TOP Country of the Week !


Allí estuvieron tres años agarrados á la maroma, hasta que, satisfechos sus jueces y la vindicta pública, los mandaron de retorno á su país con algunos vicios de más y mucha vergüenza de menos. Su primer pensamiento al pisar el patrio suelo, fué para el Muelle de las Naos; pero no fué poca su sorpresa cuando, en él colocados; comenzaron á examinarle en todas direcciones.

Se alejaron con marcada indecisión, volviendo repetidas veces el rostro para examinarle una vez más. A los pocos minutos regresó uno de ellos, el más viejo, aproximándose con timidez á la mesa. ¿Es usted, y perdone, el capitán Ferragut?... Hizo esta pregunta en valenciano, al mismo tiempo que se llevaba la diestra á su gorra para quitársela. Ulises detuvo el saludo y le ofreció una silla.

Tenía razón al decirme que no le privaría del espectáculo, porque, dando la espalda a la escena, sin ver ni oír nada, parecía haberse olvidado por completo del lugar en que se encontraba. Entonces me puse a examinarle atentamente. Era imposible encontrar una figura más expresiva, más bella y de más distinción.

Y sin saber por qué lo hacía, cediendo al instinto, se arrojó al suelo lo mismo que un moribundo. Todavía retumbaron unos cuantos disparos. Luego se hizo el silencio. Únicamente en el vapor inmediato seguía ladrando el perro. Vió una sombra que avanzaba lentamente hacia él. Era un hombre, uno de sus enemigos, destacado del grupo para examinarle de cerca.

En mi primer viage á la costa de Madera el año de 1752 sobre el Paraná, estando á la orilla gritaron yaguarú, y mirando un grande animal al tiempo que se arrojó al agua desde la orilla; pero no tuve el necesario para examinarle, con algun grado de precision. Llámanle yaguarú ó yaguaruich, que en lengua de aquel pais significa el tigre de agua.

Al cabo, sin dejar de examinarle con particular cuidado, articuló por lo bajo: Tienes razón, Andrés... En conciencia no puedo retenerte aquí... Andrés guardó silencio y concentró también lúgubremente su atención sobre la maltrecha planta. El cura fue el primero en levantar la cabeza. ¿Pero cómo diablo te has metido en esos enredijos?... Mucho me sorprende...

Esta diferencia puede nacer de que su especie se haya visto pocas veces, y aun entonces haya desaparecido tan repentinamente, que no habrá dado lugar á examinarle; ó de que talvez habrá dos especies de este animal: tengo por mas segura esta última informacion, por haberla recibido de personas de crédito y reputacion.

Ya le entiendo a usted: usted quisiera ser cómico aquí, y así será preciso examinarle por la pauta del país. ¿Sabe usted el castellano? Lo que usted ve... para hablar, las gentes me entienden... Pero la gramática, y la propiedad, y... No, señor, no. Bien, ¡eso es muy bueno! Pero sabrá usted desgraciadamente el latín, y habrá estudiado humanidades, bellas letras... Perdone usted.

Pensó Fernando al examinarle que tal vez llevaba en sus maletas algunas fotografías de bellezas profesionales de París con dedicatorias de pasión: «À mon cher coco de Buenos Aires». Los hermanos pequeños exhibían regocijados varias panderetas adquiridas recientemente, con suertes de toreo pintadas en el parche, y algunas banderillas ensangrentadas procedentes de la corrida de la tarde.

Había oído hablar tanto de don Marcelo y su mal carácter, que le causó una gran inquietud verle aparecer inesperadamente en el estudio... ¿Qué deseaba el temible señor? Su tranquilidad fué renaciendo al examinarle con disimulo. Se había aviejado mucho desde el principio de la guerra. Ya no conservaba aquel gesto de tenacidad y mal humor que parecía repeler á las gentes.