United States or Sint Maarten ? Vote for the TOP Country of the Week !


Habiéndose estrellado cerca de la costa de Etretat tres ingleses, en un sitio inaccesible, todo el pueblo acudió á su socorro, y mientras peligraron sus vidas la ansiedad fué general; así hombres como mujeres dieron muestras de una violenta sensibilidad. ¡Bien por el pueblo francés! Y, sin embargo, ¡qué vida tan triste y dura no pasa!

A la tarde volvía, embrutecido de fatiga, y subía a su cuarto para prolongar indefinidamente su soledad. Aguardaba así, del azar, un motivo plausible para salir de Etretat sin herir a la señora Aubry, que no se habría explicado una partida precipitada.

María Teresa bastante turbada presentó a los dos jóvenes, aunque ya se conocían de Etretat. Huberto saludó sin levantarse. Para él, Juan no era más que un empleado. La joven advirtió esta actitud, se ofendió y queriendo evitar a Juan una humillación, trató de distraer su atención preguntándole vivamente: ¡Y bien! Juan ¿cómo ha dejado usted a mi padre? Está muy nervioso.

Pero sus compatriotas de usted son los que cometen mayores extravagancias. Uno que encontré una vez quería ser enterrado en Etretat porque allí el aire es más puro, porque se ve el mar y porque nunca ha habido cólera. Me contaron de otro que compraba terrenos en todas las ciudades por donde pasaba.

Desalentado nuevamente, pensó: ¿Para qué? María Teresa no me ama, y yo no puedo modificar su corazón. La última vez que había visto a la joven fue en la estación del ferrocarril de Saint-Lazare. Cinco semanas hacía que los Aubry habían partido para Etretat, por haber aconsejado el médico que el convaleciente tomase los aires del mar.

Aquel maleconcito de morrillos, diminuto como es, tiene, con todo, demasiado espacio. Vi en él algunas barcas abandonadas, inútiles. Hoy día la pesca hase vuelto estéril, pues el pescado huye. Etretat languidece, perece, junto á Dieppe macilento.

Pero esta vez tengo que hacer caso, porque la Condesa Husson misma, me pide que no demore más. Los Husson son buenos y antiguos amigos de mi familia. Se caza en su propiedad de Valremont; no tiene hijos y me considera como si yo lo fuera. Soy yo quien se ocupa allá de organizar la cacería. Estoy, pues, absolutamente forzado a abandonar a Etretat para preparar la apertura de la caza.

Estos eran mis ensueños hallándome en el pequeño malecón de Etretat durante el sombrío verano de 1860, mientras la lluvia caía á torrentes y chirriaba el duro cabrestante, y la cuerda gemía y subía lentamente la nave. La del siglo también se arrastra y sube con pena. Hay lentitud, cansancio, como en 1730. Bueno fuera empujarla y empuñar el barrote.

María Teresa levantó sus lindos ojos, y dijo sorprendida: ¿Es decir que usted no se habría encontrado bien en Etretat, por la única razón de que en esa época del año, no es de buen tono quedarse? ¿Exigen los ritos de la vida social que se tenga una invitación para algún castillo, precisamente en la época de la caza?

Ha temblado. Primer indicio del gran movimiento. La marea ha rebasado Cherburgo y Barfleur, dado vuelta violentamente á la punta del faro; sus aguas divididas siguen el Cavaldos, se elevan en el Havre, viniendo hacia , en Etretat, Fécamp y Dieppe, para sumirse en el canal, á pesar de las corrientes del Norte. Tócame, pues, ponerme en guardia y observar con atención la hora de su llegada.