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Con esta precaución respondo de que encontrará muy pronto á tío Juan de la Llosa y compañeros de robla, al mayorazgo Seturas y convecinos, y á cuantos personajes de su estofa he tenido el honor de presentarle. Pero es preciso que no tarde mucho en emprender la expedición.

¡Pues eso sólo le faltaba a usted! exclamó aquí Neluco llevándose las manos a la cabeza, como yo me las había llevado poco antes y con el propio motivo . Con una compañera de esa estofa no viviría usted aquí en santa paz media semana. Mil veces peor que la enfermedad sería la medicina.

Fácil es de adivinar que hay también algo burdo y grosero en estos rasgos vivos de ingenio y de capricho; pero merece observarse que el verso culto y solemne presta cierta gracia á esas bromas y chanzas de baja estofa.

Se encontraban muy de tarde en tarde. ¿Cómo podían verse, si él, Spadoni, á causa de su miseria, se abstenía de entrar en las salas de juego?... Continúa jugando, Alteza; pero muy mal, con la timidez del novato, y por eso pierde. No tiene la estofa de nosotros, los verdaderos jugadores. Se irguió el pianista al decir esto, como si no hubiese perdido nunca y poseyera todos los secretos del azar.

Afortunadamente, tenía buenas relaciones con diversa gente de su estofa y aun con hombres barbudos que parecían dispuestos á protegerle, y bulle que bulle, aquí me meto y allí me saco, consiguió dominar su triste estado.

En la estacion media entre el aterido invierno y el abrasado estío, lleva aljuba de joyante seda ó de vistoso mulham, y jubon ceñido, de estofa ligera sin forro; en la otra estacion intermedia en que cede el calor y encalvecen las florestas, usa el mihshah persa , trage de un solo color, y otras prendas de varias formas y tintas, acolchadas para preservarse del viento frio de la mañana.

Me era muy antipática y me ha pegado más de una vez. Preguntádselo al cura, a quien echó a la calle porque me defendía. Y ¿cómo es posible, tío, que me hayáis dejado tanto tiempo con ella? Era una mujer de baja estofa, y vos no la queríais mucho que digamos. Cuando tus padres murieron, Reina, mi mujer estaba muy enferma, y me felicité de que mi cuñada se hubiera querido encargar de .

Granujas de la peor estofa, aspirantes a puntilleros, toda clase de rapaces desvergonzados y miserables, formaban su pandilla; y como Mariano solía tener algún dinero, eran de ver su boga y popularidad entre esta chulería menuda, que sin cesar se ofrece a nuestra vista por calles y caminos con escándalo de la moral, con bochorno de la sociedad y del cristianismo, que no aciertan a recoger y sujetar estos presidios sueltos del porvenir.

Una noche, después de haber trabajado hasta muy tarde, a la luz del candil, soñó que aderezaba la saya para sus bodas espirituales, bordando sobre briscada estofa los Nueve Coros angélicos y los símbolos de la Trinidad y de la Santa Eucaristía. De pronto parécele que la quitan la aguja de las manos.

Tiene el juego en Vichy algo de la higiénica elegancia del pueblo todo, cuyos habitantes se complacen en repetir que en su villa nadie se levantó la tapa de los sesos por cuestión del tapete verde, como sucede en Mónaco a cada paso; de suerte que no se presta la sala del Casino a descripciones del género dramático espeluznante; allí el que pierde se mete las manos en los bolsillos, y sale mejor o peor humorado, según es de nervioso o linfático temperamento, pero convencido de la legalidad de su desplume, que le garantizan agentes de la Autoridad y comisionados de la Compañía arrendataria, presentes siempre para evitar fraudes, quimeras y otros lances, propios solamente de garitos de baja estofa, no de aquellas olímpicas regiones en que se talla calzados los guantes.