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Qué singular es, y qué digno de observacion, el oir á nuestros paisanos mas incultos, espresar en dos versos claros y sencillos, máximas y pensamientos morales que las naciones mas antiguas, la India y la Persia, conservaban como el tesoro inestimable de su sabiduria proverbial; que los griegos escuchaban con veneracion de boca de sus sabios mas profundos, de Sócrates, fundador de la moral, de Platon y de Aristóteles; que entre los latinos difundió gloriosamente el afamado Seneca; que los hombres del Norte les dieron lugar preferente en su robusta y enérgica literatura; que la civilizacion moderna repite por medio de sus moralistas mas esclarecidos, y que se hallan consagrados fundamentalmente en los códigos religiosos de todos los grandes reformadores de la humanidad.

Como el viagero en agua trasparente; Pichon que bajo el ala adormecido Desafias las lluvias en tu nido; Hija mia, entre sueños virginales, Envuelta por los brazos maternales, Y en esa fuente del materno seno Bebe un raudal que de virtudes lleno En cada gota verterá en tu mente De nobles pensamientos la simiente, Que dormirán hasta que en torvo ceño El tiempo venga á perturbar el sueño; Y puros sentimientos, ángel mio, Que jerminando cual la flor de estio, Derramarán en tu alma ese perfume Que la virtud de la niñez asume; Y beberás un bálsamo del cielo Para espresar dolores en el suelo, Para exhalar mil gotas cristalinas Como su aroma blancas clavelinas: Porque el llanto es la flor que brota hermosa En el alma sensible y candorosa, Y el rostro donde nunca ha resbalado Es arenal que el cielo no ha regado.

Dos años despues, el año de 1500, marcharon á Gante, donde el dia 21 de febrero tuvieron un hijo, al cual nominaron Cárlos, despues conocido en todo el universo por su fama y poderío. Grande era el alborozo que se veia pintado en los semblantes de los habitantes de aquellos estados, esforzándose cada cual á espresar la alegria que experimentaba por el heredero príncipe.

Todo lo dice un libro inmaculado Para espresar una existencia pura, Y esa misma elocuencia, la natura Manifiesta en el agua y en la flor; Pero si algo deseas, jóven bella, Que en este álbum purísimo te diga, Diré: El cielo tu existir bendiga Bajo el ala azulada del amor.

Aunque de esta obra de refuerzo ejecutada en tiempo de Abde-r-rahman An-nasír no hicimos mérito al hablar de este Califa y sus construcciones, no será inoportuno espresar aquí que posteriormente hemos tenido noticia de ella por otro fragmento traducido de la historia de Ebn Adzarí que debemos a la amistad del Sr. Gayangos.

702 Jamás mi lengua podrá espresar cuanto he sufrido; en ese encierro metido, llaves, paredes, cerrojos se graban tanto en los ojos que uno los ve hasta dormido. 703 El mate no se permite; no le permiten hablar; no le permiten cantar para aliviar su dolor, y hasta el terrible rigor de no dejarlo fumar.

Retiróse en seguida, y los eunucos le condujeron al pabellon occidental, ante cuyo trono desierto volvió á prosternarse con gran respeto, no acertando á espresar su lengua el deleite que en su semblante atónito se pintaba cada vez que fijaba los ojos en aquella riqueza sin igual, en aquellas incomparables obras del arte y de la naturaleza.

La falta de memoria, la inaptitud á toda aplicacion, la apatía, una alegría tonta, una locuacidad sin objeto, un delirio que parece el último término de la fatiga ó de la instabilidad, ó bien la indiferencia, la taciturnidad, el abatimiento, la tristeza y el mal humor, anuncian para el cerebro, no la actividad, sino un estado pasivo que se ve en la somnolencia y el sueño profundo, dos síntomas referidos varias veces á propósito de espresar los efectos de la fatiga física y moral, muscular y nerviosa; la inquietud que se esperimenta en las piernas y que retarda ó altera el sueño, es circunstancia característica.

Aprovecharémos esta ocasion para espresar al menos una vez, que si nuestras rápidas indicaciones pueden ser suficientes para los que conozcan la materia médica, y que tengan la plena inteligencia de nuestros resúmenes, pueden no bastar á otros que hallarán en las monografías y en los tratados y memorias especiales, como en el trabajo citado sobre el crup, todos los detalles necesarios.

Es notable que los que aconsejaban esta entrada, decian entre otras cosas, como refiere Conde , que las amenidades de España no las puede igualar ni espresar el mas elegante discurso; ni en la carrera de sus excelencias hay quien se adelante; que en esta competencia aventaja á todas las regiones de Oriente y Occidente; que España es Siria en bondad de cielo y tierra, Yemen ó feliz Arabia en su temperamento; India en sus aromas y flores; Hegiaz en sus frutos y producciones; Catay ó China en sus preciosas y abundantes minas; Adena en las utilidades de sus costas; que en ella hay ciudades y magníficos monumentos de sus antiguos reyes y de los Jonios, que fueron siempre pueblo sabio, y que todavía se conservaban restos de ellos en España, como de Hércules el grande en la estatua de Gecira, y el ídolo de Galicia, y las grandes ruinas de Mérida y Tarracona, que no se habia visto cosa semejante.