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En que se trata de la mas cruda hambre que se ha visto entre los cristianos, la cual padecieron los de D. Pedro de Mendoza en Buenos Aires, y como se pobló el Argentino. Lo que ha sido muy justo y bien ganado Muchas veces se pierde, como vemos: Pues de lo que con mal se ha grangeado, Que se pierda y el dueño esperaremos.

1 Y fue, que acabando Jesús de dar mandamientos a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos. 2 Y oyendo Juan en la prisión los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, 3 diciendo: ¿Eres aquel que había de venir, o esperaremos a otro? 4 Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis:

19 y envió a Jesús, diciendo: ¿Eres aquel que había de venir, o esperaremos a otro? 20 Y como los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, diciendo: ¿Eres aquel que había de venir, o esperaremos a otro? 21 Y en la misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos; y a muchos ciegos dio la vista.

»Los periódicos nos han traído noticias de la China que usted ha debido leer con tanto interés como nosotros. Parece que esa nación ha tratado ligeramente a dos misioneros franceses y que la Náyade se ha puesto en camino para castigar a los culpables. Si la Náyade no ha cambiado de comandante, esperaremos con impaciencia las noticias de la expedición. Cada uno para y Dios para todos.

¿Está el niño arriba? No, señora. ¿Cómo? ¿ha salido? , señora. ¿Lo oyes, Pablo? Quilito no está en casa. Ya volverá, hija... Bueno, le esperaremos.

De repente Tarlein se dio una palmada en la frente exclamando: ¡Pero la guardia, la guardia de honor, que vendrá aquí, verá y se enterará de todo! ¡Bah! No la esperaremos. Iremos a caballo a la estación de Hofbau, donde tomaremos el tren, y cuando llegue la guardia ya habrá volado el pájaro. ¿Y el Rey? En el sótano, adonde lo voy a transportar ahora mismo. ¿Y si lo descubren? No lo descubrirán.

Ahora es mi intención, Sancho, sacar el tesoro que dejé enterrado, que por estar fuera del pueblo lo podré hacer sin peligro y escribir o pasar desde Valencia a mi hija y a mi mujer, que que está en Argel, y dar traza como traerlas a algún puerto de Francia, y desde allí llevarlas a Alemania, donde esperaremos lo que Dios quisiere hacer de nosotros; que, en resolución, Sancho, yo cierto que la Ricota mi hija y Francisca Ricota, mi mujer, son católicas cristianas, y, aunque yo no lo soy tanto, todavía tengo más de cristiano que de moro, y ruego siempre a Dios me abra los ojos del entendimiento y me a conocer cómo le tengo de servir.

En una palabra; esto puede ser la vida y puede ser la muerte; es una probabilidad, no es la certidumbre de salvarla... Los ojos de ambos estaban nublados de lágrimas. Ya no había en aquellos dos hombres encono ni aversión: la amenaza de la muerte parecía restaurar en sus corazones la fraternidad que su pensamiento había roto. Esperaremos dijo tímidamente Marcelo al cabo de unos instantes.

Voy a llamar, a pedir agua, a lavarme, y después esperaremos. Luego que almuerce dictaré mis últimas disposiciones, y en cuanto llegue la noche, la querida noche... =Pausa de algunas horas, durante la cual entra y sale una zafia criada, arréglase el personaje, y luego almuerza lo que te traen de la fonda.= »Me olvidé de la botella de Champagne que está en aquel armario.

¿Habéis visto a Juanito Escalona? preguntó. dijo uno . Aquí ha estado hace una media hora. Me ha dicho que le aguardases, que a las cuatro menos cuarto en punto vendría. Bueno, esperaremos repuso avanzando con calma y sentándose al lado de ellos. La broma continuó. Veamos, veamos cómo está ese pulso dijo Rafael cogiéndole por la muñeca y sacando al mismo tiempo el reloj.