United States or Guam ? Vote for the TOP Country of the Week !


He vacilado mucho antes de verte continuó . Temía tu cólera; estaba segura que en el primer momento te dejarías arrastrar por tu carácter, y me daba miedo la entrevista... Te he espiado desde que supe que estabas en Barcelona; he aguardado cerca de tu casa; muchas veces te he visto á la puerta de un café y he tomado la pluma para escribirte; pero temí que no acudieras al conocer mi letra, ó que despreciaras una carta de otra mano... Esta mañana, en la Rambla, no pude contenerme por más tiempo, y te envié á esa mujer, y he pasado unas horas crueles sospechando que no vendrías... Al fin te veo, y nada me importan tus violencias... ¡Gracias, muchas gracias por haber venido!

«Querida Pepita: Quedé en escribirte desde París, pero no puede ser, porque no he ido aún a París. Te escribo desde Madrid. Y quiero contarte muchas cosas. Aquí yo hago una vida terrible. Sabrás que emborrono todos los días un fajo de cuartillas. No me levanto muy temprano; me acuesto tarde.

Ni es verdad eso, ni siquiera de su casta... Es decir, verdad es que te prometí escribirte a menudo, y verdad que no lo he hecho hasta hoy; pero no es verdad que me haya olvidado de ti, ni podría serlo aunque yo hubiera querido y te hubieras empeñado en ello también.

Andrés mío: ¡Yo, pobrecito de ; yo, Bachiller; yo, batueco y natural, por consiguiente, de este inculto país, cuya rusticidad pasa por proverbio de boca en boca, de región en región; yo, hablador y careciendo de toda persona dotada de chispa de razón con quien poder dilucidar y ventilar las cuestiones que a mi embotado entendimiento se le ofrecen y le embarazan, y , cortesano y discreto! ¡Qué de motivos, querido Andrés, para escribirte!

¡Madre! ¡Cuán dulce entre mis labios suenas, oh nombre idolatrado! ¡Cuántos recuerdos en mi mente agitas! Torcedor y consuelo de mis penas, de santa idolatría enajenado, he querido mil veces escribirte, y mil veces las letras he borrado.

Aquella dolencia que ni el médico de este pueblo ni el de Argamasilla entendieron, me coge ya toda el arca del pecho, quitándome la respiración de tal modo, que a cada momento pienso que se me va fuera el alma. Y aprovecho el poquito tiempo que esta señora ha de estar dentro de mi cuerpo, para escribirte y darte la despedida, sintiendo mucho no poderlo hacer por mi mano.

»Hoy, no porque está el día lluvioso y no se puede salir, sino porque ya lo tenía decidido con toda resolución, te voy a consagrar la mañana entera, y aun la tarde, si fuere menester, para escribirte una carta que valga por todas las que te debo, y un poquito más a cuenta de las posibles faltas sucesivas; porque ya sabes que somos pecadoras y que caemos a cada paso, por mucho cuidado que pongamos al andar.

¿Y entonces qué haremos? No lo todavía; es preciso reflexionarlo. Por otra parte, acaso no sea por Federico por quien sepamos donde está la señorita Guichard ... Tu mujer es muy capaz de burlar la vigilancia de Clementina y escribirte ... El joven movió tristemente la cabeza. ¿Cómo ha consentido en acompañarla? ¡Buena es esa! ¿Sabes cómo habrán pasado las cosas?

Ayer por la tarde, cuando acababa de escribirte, Latour entró en mi habitación con un aire inquieto y hasta algo asustado.

«Querido Manuel: No si recibirás en París estas líneas ni cuándo llegarán a tus manos. que voy a darte una pesadumbre, y, sin embargo, ni quiero ni puedo dejar de escribirte. Yo lo hubiera hecho de todos modos, pero además lo hago por encargo de Felisa.