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Pensaba escribir inmediatamente una carta á su madre, á Cabesang Andang, para enterarla de lo que había pasado y decirle que las aulas se le cerraban para siempre, que si bien existía el Ateneo de los jesuitas para cursar aquel año, era muy probable que no le concediesen los dominicos el traslado y que aun cuando lo consiguiera, en el curso siguiente tendría que volver á la Universidad.

Si toda la sangre humana que aquí se ha derramado, brotase en este instante de las losas que pisan nuestras plantas, nos llegaria seguramente al cuello. Al decir yo esto, sucedió una cosa muy particular, que juré no echar en olvido al escribir este pasaje.

Hasta sospechaba ésta que su aspecto era poco militar, á causa de los torpes movimientos de una vida vegetativa acostumbrada á encorvarse sobre la mesa de escribir. Pero cumplía su deber, y más de una vez le habían citado por sus frías audacias. Nunca se realizarían los deseos de los dos.

»Adiós, querida hermana. Felicidades. »JuanAl escribir esta carta se veía que Machín habla arrugado el papel y lo había mojado con sus lágrimas. Machín, nuestro enemigo, se convertía en nuestro protector y nuestro pariente. HABLA EL M

Pormenores de la construcción del instrumento no tenemos de los mismos días ni parece que estuvieran publicados, toda vez que el maestro Pedro de Medina decía en el proemio de su Regimiento: «Viendo yo que de España se hacen más largas navegaciones que de otra ninguna parte del mundo y que para tan largos caminos por la mar casi ninguna cosa había escripta que aviso para las navegaciones les diese, tomé gran voluntad de escribir...para esto he compuesto este libro

Anoche, a las once, cuando él me creía en la cama, cayó una fuerte lluvia; supo que estaba despierta, y vino a preguntarme si me sentía mal. Fácilmente lo tranquilicé, pero le dije que estaba tan buena; que me había quedado levantada para poder escribir en este libro. Hago mal en ocultárselo.

, Melchor... ya estamos listos le contestó Lorenzo, profundamente abatido; ¿no tienes nada que mandar? Nada, ché... recuerdos... y si van por casa le dices al viejo que le voy a escribir... y que yo iré dentro de unos días... ¿Cuándo?... más o menos. ¡Hombre!... Cuando me desocupe. ¿Tienes algún trabajo que realizar?...

Pero juzga mal lo que vió y creyó un acto mío feliz... ¡Feliz!... Oigame. ¡El buque parte dentro de un momento, y esta vez no vuelvo más... Le cuento esto a usted, como si se lo pudiera escribir, por dos razones: Primero, porque usted tiene un parecido pasmoso con lo que era yo entonces en lo bueno únicamente, por suerte.

Sacó el libro de memoria don Quijote, y, apartándose a una parte, con mucho sosiego comenzó a escribir la carta; y, en acabándola, llamó a Sancho y le dijo que se la quería leer, porque la tomase de memoria, si acaso se le perdiese por el camino, porque de su desdicha todo se podía temer.

Buenos días, mi ruiseñor dijo Stein, que al oírla había salido al patio. Por vía del ruiseñor, ¡ehe, ehe, ehe, ehe! gruñía y tosía Momo , ¡ruiseñor y es la chicharra más cansada que ha criado el estío!, ¡ehe, ehe, ehe, ehe! Ven, María prosiguió Stein , ven a escribir y a leer los versos que traduje ayer. ¿No te gustaron?