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Los que creen en esa milagrería absurda, protectora de los tontos, cómplice de los perezosos, de los jugadores, de los asesinos, de los ladrones, de todos los que por su medio logran lo que quieren, esos son los criminales que llenan nuestras cárceles y que mueren en el patíbulo; esos los que, armados de su anting-anting, su talismán, rosario, escapulario, huesos de Santos o dientes de tiburón, desafían a la policía, cometen tropelías y trastornan el orden, fiados en que triunfarán por la protección de su pintakasi celestial.

Iban en grupos, con la cabeza descubierta; los hombres, empuñando grandes garrotes, y llevando al pecho el escapulario de la Virgen de Begoña; las mujeres escoltaban á los curas, mirando á la muchedumbre con sus ojos de hembras duras y fanáticas. Cesaron los disparos al entrar la procesión en la plaza.

Pues, á pesar de santiguarnos de lo lindo, no le queríamos mal, porque era hombre franco y nunca delataba á nadie. En una acción cayó herido á mi lado: yo lo cogí y lo llevé sobre las espaldas cerca de una hora, hasta encontrar una barraca, donde murió á las pocas horas. ¡No habrás pasado pocos trabajos, Periquillo! Llevarías escapulario siempre, ¿no es verdad? De Nuestra Señora del Carmen.

Precisamente iba á tomar de limosna un escapulario mediante el cambio de cuatro reales fuertes. Pero Julî sacudía la cabeza y no quería ir al convento.

Me ha dado este escapulario para que le hagas el favor de tocarlo á la Virgen. Demetria tomó el rollito de papel donde venía envuelto y lo guardó en su seno.

El enamorado Jacinto llega á tu presencia y con voz apagada te pide el escapulario. Entonces, empujando á Maripepa que iba á tu lado, le dices: «Dale el tuyo, querida, que el mío ya lleva sobrados besos». Jacinto se ve obligado á besar el escapulario de la horrible coja, mientras ríes malignamente. La romería del Carmen.

Jamás se supo a cuál había pertenecido en vida la santa enseña: era el escapulario de la Virgen del Recuerdo... Fin del libro cuarto Epílogo

La camisa de lienzo labrado dibujaba su ancho pecho; el calzón se ajustaba a maravilla a sus bien proporcionadas caderas; pendiente del cuello llevaba un ancho escapulario de raso bordado de lentejuelas y sedas de colores. Debajo de la montera, un pañuelo de fular azul, atado como lo hacen los paisanos, le encubría el pelo.

Pero mientras la muerte no llega, vivamos cada cual á su gusto, sin hacer la santísima á los demás, que es lo único en que gozan los que piensan á todas horas en su almaFaltaban pocos minutos para que partiese el tren, y el capitán se despidió de Aresti. Esta tarde, en la romería, puede que tengas la gran sorpresa. Tal vez vaya en ella Pepe con su escapulario.

Había en aquel sencillo hábito, en aquella toquilla, en aquel escapulario azul, en aquella cruz de oro que pendía de vuestro cuello, una cosa que decía: «Ved que con lana y lino puede parecer una mujer mejor ataviada que otra con ropas, encajes y brocadosEra, además, vuestra mirada ardiente, grave, fija; vuestra palabra, sonora; vuestro discurso, apasionado. Yo me enamoré de vos.