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Yo me sometería, , tomaría todas sus ideas, pero naturalmente con la condición de que él pensara primero como yo... Se interrumpió y mirando a los novios como escandalizada: ¡Ah, qué ridículos me parecen esos novios! Siguió hablando así, con extraña volubilidad, sin pensar en Muñoz ni en las cosas que decía, llevada por el sólo deseo de aturdirse.

Yo también voy á engalanarme, á prenderme las hermosas joyas que me has regalado. La doncella, escandalizada, se fué á decir á los demás criados, al rodrigón, á la dueña y al escudero, que su dama había recibido á solas á un caballero que la besaba, y lo que era peor, que la regalaba joyas.

¿A ? murmuró Josefina entre dientes y con agresivo silbido de vocales . No me pregunte usted, Borrén.... Esas mujeres ordinarias me parecen todas iguales, cortadas por el mismo patrón. Morena... muy basta. ¡Ave María, Josefina! dijo escandalizada Lola Sobrado . No tuviste tiempo de verla: es hermosa y reúne mucha gracia. Fíjate otra vez en ella... si vuelve a pasar, te daré al codo.

La digna esposa de Infanzón también estaba cansada, aburrida, despeada, pero no aturdida. Hacía más de una hora que no oía palabra de cuanto hablaba aquel charlatán, sin vergüenza, libertino. «¡Oh, si no fuera porque su marido todo lo consideraba inconveniencia y falta de educación! ¡Si no fuera porque estaban en la casa de Dios!... Estaba escandalizada, furiosa. ¡Bonito papel iban representando ella y el bobalicón de su marido! Le había hecho señas, pero inútilmente.

El padre entró a verme; se sentó a la cabecera de mi cama, y después de algunos lugares comunes, empezó a hablarme de amor como un galán cualquiera. Me hizo una declaración. Yo estaba aterrada y escandalizada.

La Mariposa le miró escandalizada. ¡Qué! ¿aún te parece poco? Pero muchacho, ¡si hay ahí para comprar todas las Carolinas! Fíjate, Isidrín: ¡es un tesoro! Maltrana no necesitaba fijarse mucho. Pasado el primer deslumbramiento, había visto la falsedad escandalosa de las joyas enormes y absurdas que brillaban en la cumbre del montón de baratijas.

La de Ribert le echó una mirada escandalizada al verla sentarse con las piernas cruzadas, postura con que la incorregible Francisca se complace en excitar la indignación de las respetables aiglemontesas. La buena señora se calló sin embargo. He encontrado mi alma hermana, Francisca... He... Una imperiosa mirada de la de Ribert me cortó la frase.

¡Pues ya lo creo que la defiendo!... ¡Su desvergüenza!... La desvergüenza de ustedes justifica la suya... Si vosotras la tenéis para recibirla, ¿por qué no la ha de tener ella para presentarse?... ¡Vaya! exclamó escandalizada la marquesa de Lebrija, presidenta general de tres asociaciones piadosas . Yo quisiera que me dijera usted qué se hace entonces en Madrid con esa clase de personas...

En cierta ocasión, estando confesándose, le dijo el cura: «sea usted modesta en el vestir y no haga ostentación de esas naturalezas...». «¿Qué, señor?». «Eso, la delantera». Por esto, al oír hablar de Naturaleza y de pecado, creyó que se referían a aquellas partes que debe cubrir el recato, y dijo escandalizada: «¡Vaya unas conversaciones indecentes que sacan ustedes!». «Indecentes no, hija».

Hubiera podido escribirte; pero temí que no contestases ó me enviaras simplemente á entenderme con tu apoderado en París. ¡Hace tanto tiempo que no nos vemos! ¡Ha sido tan rara nuestra amistad!... Por eso, finalmente, me decidí anoche á venir á sorprenderte en tu retiro, con la esperanza de que no me pondrías en la puerta. Miguel sonrió, haciendo un gesto de escandalizada negativa.