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El romadizo, el coriza, el estornudo, se manifiestan con una especie de fiebre catarral, con epistaxis algunas veces, que indica sequedad y sobreviene cuando se suena la nariz con fuerza. Los labios están secos, rodeados de una zona rugosa con prurito, y las encías, que están hinchadas, dan sangre al menor frote.

Estas mucosidades pasan con frecuencia de las fosas nasales á la garganta, observándose al efecto como una especie de silbido en las mismas y una alteracion de la voz, que está como ronca, y denota el engruesamiento de la mucosa de la faringe. Como este estado secretorio es muy pronunciado en la membrana pituitaria, predispone á los catarros y epistaxis pasivas y abundantes.

Lo que parece diferenciar la drosera del cobre, es que este no tiene el frio de las estremidades, ni la epistaxis de aquella, y que la drosera no tiene la suspension de la respiracion hasta el mismo grado, ni la rigidez tetánica, y la apariencia de asfixia que caracteriza los casos graves propios del cobre y principalmente del acetato de cobre.

2.º En el coriza que siempre está acompañado de oftalmía ó de otitis, ó de un estado catarral general: este estado es húmedo en su principio, con secrecion mucosa abundante, pesadez de la cabeza y lágrimas corrosivas; la eufrasia corresponde tambien al romadizo, á la epistaxis, á la escoriacion de las narices.

En la drosera el frio afecta generalmente á las estremidades, y empieza por calofríos; hay sensacion de quebrantamiento de los miembros, irritacion de la laringe con sequedad y arañamiento que escita la tos; despues, la superficie del cuerpo está fria y se presenta epistaxis.

La cina está poco recomendada en las varias especies de favus; es, sin embargo, mas útil que la dulcamara en las mismas personas, debilitadas y escrofulosas, pero subordinada al licopodio. En estos indivíduos, la epistaxis cede á cina y azufre. Se la puede utilizar en la iritis con contraccion é inmovilidad de la pupila sin debilitacion de la vista.

Las afecciones crónicas que corresponden á acónito son poco numerosas, y tienen todas un sello febril ó de eretismo, como se ve por los síntomas siguientes: irritabilidad moral, insomnio, síntomas gástricos, piel amarilla y seca, cefalalgia habitual y supra-orbitaria, movimientos congestivos en diversos puntos, ligeras epistaxis, palpitaciones, deposiciones duras, negruzcas, pero con forma regular, orinas encendidas y calientes, rigidez y sensacion como de contusion en los miembros, pulso vibrátil y agravacion por la noche.

En todas estas graves afecciones, corresponde al coma, á la pérdida del conocimiento, al estupor, pero sin delirio; la epistaxis que no produce alivio alguno, tambien pertenece á este medicamento y conduce á pensar en la quina y los ácidos minerales. =B.= Flegmasías.

Hay no obstante indicaciones sacadas del órgano asiento de la hemorragia, como la del estómago é intestinos, que exigen la nuez vómica y el arsénico; la epistaxis se acomoda mejor al azafran y árnica; la metrorragia prefiere la canela, la ipecacuana y la manzanilla.

Al principio de esta, cuando se observa epistaxis, hinchazon de la nariz ó de los labios, eritemas, erisipelas habituales, anginas repetidas, oftalmías frecuentes, inflamaciones de vientre, linfatismo con plétoras parciales, ó bien enflaquecimiento continuo en medio de estos síntomas, haya ó no adenitis, la belladona puede emplearse sin perjuicio del mercurio, del azufre, del carbonato de cal, especialmente en los niños y los jóvenes.