United States or Malaysia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Gallardo fue recibido como un semidiós por las tres mujeres, que, olvidando a sus amigos, sólo le miraban a él y se disputaban el honor de sentarse a su lado, acariciándolo con ojos de lobas en celo... Le recordaban a la otra, a la ausente, a la casi olvidada, con sus cabelleras de oro, sus trajes elegantes y un ambiente de carne perfumada y tentadora que, emanando de sus cuerpos, parecía envolverle en una espiral de embriaguez.

Clara luchó denodadamente en los días sucesivos contra sus negros presentimientos, contra sus terrores, contra la sangrienta visión que las palabras de la marquesa habían dejado en su mente. Se mostró con su marido cariñosa y solícita hasta el exceso, procurando envolverle en una red de atenciones.

Así que rara era la joven que se confesaba con él, ni menos la que apeteciese su conversación o tuviese gusto en envolverle entre nubes de incienso, como hacía Cándida en aquel momento. Su misma inclinación a rescatar las mujerzuelas perdidas, por más que se respetase, no le hacía simpático a las señoritas.

Al dar la vuelta de proa, entre el salón y el balconaje de avante, donde era menos viva la luz y nadie podía verles de lejos Fernando la atrajo a él, abandonó su brazo para envolverle el talle con rudo tirón, y la besó impulsivamente, al azar, en una mejilla, en la nariz, allí donde pudieron posarse sus labios.

Una hermosa barba patriarcal que le tapaba las solapas del traje parecía suavizar los salientes enérgicos de los pómulos y las fuertes articulaciones de su mandíbula robusta y prominente como la de los animales de presa. Tenía cana la barba, gris el pelo y, sin embargo, parecía envolverle un nimbo de juventud, de fuerza serena, de energía reposada y tenaz, que se comunicaba á cuantos le rodeaban.

Para apoderarse de uno de estos animales, se echa un indio al agua, nadando con un solo brazo y llevando con el otro una vara bastante larga, en cuyo remate va fijada la estremidad de un lazo de cuero: acercándose luego muy pausadamente al feroz reptil, que se mantiene inmóvil y con los ojos fijos en su presa, procura envolverle el lazo alrededor del cuello; si logra su intento, los indios que están en la orilla teniendo la otra punta del lazo, tiran inmediatamente de él para sacar al animal á tierra; pero si se yerra el golpe, no le queda al cazador otro recurso de salvacion que perseguir al caiman, echándosele resueltamente encima, para asustarlo y tener tiempo de ganar la orilla mientras él se zambulle.

Rafael, manejando aquellas cartulinas enormes sentía la impresión del que pasea por un puerto y percibe el perfume de países lejanos y misteriosos, contemplando los barcos que llegan. Cada retrato parecía envolverle en el ambiente de su país, y desde el tranquilo salón, impregnado de la respiración del silencioso huerto, creía pasear por toda la tierra.

La luz del sol bañaba todo un lado; la sombra de las columnas cortaba oblicuamente los grandes cuadros de oro que cubrían las baldosas. Un silencio augusto, la calma santa de la catedral, penetraba en el agitador como dulce narcótico. Los siete siglos adheridos a aquellas piedras parecían envolverle como otros tantos velos que le aislaban del resto del mundo.

Esto es, una puñalada dada por detrás. Pero aquella puñalada debía costarle dinero. Además, podía envolverle en un proceso. Montiño desechó aquella idea, dos veces peligrosa. Ocurriósele valerse de su sobrino. Valiente, audaz, generoso, no vacilaría ni un punto en ponerse delante del sargento mayor, tirar de la espada y despacharle en regla. ¿Pero cómo decir á su sobrino que su tía?...

Se dió cuenta Lubimoff repentinamente de que ella, mientras hablaba, se había ido aproximando, de almohadón en almohadón, apoyándose en los codos. Casi estaba á sus pies, con la cabeza en alto, pretendiendo envolverle en el efluvio magnético de su mirada ascendente y fija.