United States or Gabon ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cuando le recogieron estaba muerto. Los periódicos hablaron de él muy poco, porque entonces el affaire Dreyfus lo llenaba todo. Le Journal, al dar la noticia, añadía: «A su entierro no fué nadie.» ¡Nadie! ¡Oh, lectora!

Y se ha dispuesto, por quien debe hacerlo, que el entierro sea de primera, coche de lujo con seis caballos; irán los niños del Hospicio... Usted dirá que esta ostentación no viene al caso. No, yo no digo nada. No tendría nada de particular que lo dijera, porque a primera vista es absurdo.

Pero el mozo no podía callarse, y con la tenacidad de los enamorados volvió a hablar a María de la Luz de sus primeras angustias, cuando se dio cuenta de que estaba enamorado de ella. La primera vez que supo que la amaba fue en Semana Santa, durante la procesión del Entierro.

Voy a su entierro... Con la esperanza de verla aún con vida, acabo de desembarcar en esa playa. Y con vida la encontrará, señor. ¡Muy bien puede salir engaño cuanto cuenta Andreíña! Como es sorda nunca está al cabo de lo que pasa por el mundo. ¡Y hay mucha gente divertida que le dice engaños porque luego ella los vaya pregonando! ANDREÍ

Pero si en Vetusta jamás ha hecho eso nadie.... tal dijo el Marqués . Todos los años va en el entierro de Cristo, Vinagre, o sea don Belisario Zumarri, el maestro más sanguinario de Vetusta, vestido de nazareno y con una cruz a cuestas.... Pero, Marqués, no compare usted a mi mujer con Vinagre.

Parecía más alta, y, en la luz muriente de la tarde, daba una nota de emoción dulcísima, una delicada nota de sentimiento pasional.... Doña Rebeca, con mucho aparato de sollozos, se enteraba del próximo fin de su hijo y pensaba con terror en los gastos del entierro.

Desde hace unas horas continuó Torrebianca parece que veo las cosas con otros ojos. ¡Ay, las miradas crueles de esas pobres gentes cuando abrí ayer mi ventana!... Y hoy, durante el entierro, ¡qué tormento!... Yo que nunca temí á nadie, no he podido afrontar los ojos hostiles ó burlones de muchos trabajadores... El pobre Moreno me llevó aparte varias veces ó hablaba alto para que yo no pudiese oir los comentarios que sonaban á mis espaldas.

Depósito, exequias y entierro, debían verificarse el día siguiente.

Vaya, mañana a las cuatro de la tarde el entierro. Lo siento, porque tenía que ir de caza con Briones dijo uno. ¡Y que no es pequeña la carrera desde la casa mortuoria a San Isidro! respondió otro. No, hombre, no apuntó un tercero ; lo llevarán a la estación del Norte para conducirlo a Soto, al panteón de familia. Las bromas no eran de buen gusto.

El arcediano de Córdoba D. Francisco de Simancas, en nombre de su hermano D. Diego Simancas, obispo de Ciudad-Rodrigo y electo de Badajoz, acudió al cabildo representando que deseaba fundar y dotar una capilla para su entierro y el de sus padres, cuyos cuerpos habian estado depositados en otra debajo de la de los Reyes.