United States or Republic of the Congo ? Vote for the TOP Country of the Week !


Debemos confesar, a fuer de sinceros, que el marqués se ocupaba con predilección marcada de aquella señorita desde que descubriera cómo aquellos grandes y cándidos ojos encubrían tesoros de precoz perversidad, porque la verdad es que esta mezcla picante divertía su incurable dilettantismo.

Y sin embargo, lejos de ofuscarse o de anublarse, su inteligencia se sentía bañada en luz serena y clara y Fray Miguel creía o más bien estaba seguro de que iban disipándose las nieblas o rasgándose los velos que le encubrían la verdad, y de que empezaba a ver las cosas todas sin alucinación alguna que se las desfigurase y trastrocase.

Mas el médico, registrándole cuidadosamente, haciéndole un sinfín de preguntas a que Diógenes contestaba entre mohíno y risueño, levantólo los párpados que encubrían a medias dos pupilas dilatadas y sanguinolentas, faltas de convergencia, y meneó la cabeza siniestramente... El primer ataque había pasado, pero ya estaban allí los síntomas del segundo, y era imposible que aquella naturaleza, alcoholizada por completo, pudiera resistir a su tremendo empuje.

El jardinero indicó dónde estaban, y con no menor sorpresa y asombro los vieron los muslimes, a pesar de la obscura frondosidad en que ellos se encubrían. Sonaron entonces los clarines y cundió la alarma por todo el parque y el alcázar. A la entrada de este y en algunas de sus ventanas, había mosquetes, puestos sobre firmes horquillas y previamente cargados.

El influjo perjudicial que ejerció ese lujo escénico en el público y en los actores, fué, sin duda, incalculable, por acostumbrarse el primero á un espectáculo poco dramático, que apartaba la atención de los elementos esenciales del arte, y corrompía á los últimos hasta el punto de que no se propusiesen representar sus papeles en sus rasgos más esenciales, en su carácter, por decirlo así, espiritual, sino sólo para producir un efecto puramente externo, fiándose de los brillantes accesorios que aligeraban su trabajo y encubrían también sus faltas.

Entre mis muchas aventuras tampoco me ha faltado la de toparme de manos á boca con bergantes que encubrían sus traidores designios pretendiendo ser mensajeros de Su Alteza, insistió el señor de Morel. Veamos qué credenciales os abonan. ¡Á la fuerza, entonces! gritó el jinete echando mano á la espada. Si sois caballero, dijo el barón, continuaremos nuestra entrevista aquí mismo.

Conocía Cervantes que a poco que él hiciese, doña Guiomar no llamaría a su doncella; antes bien dejaría con mucha voluntad venir el día, entretenida con él en blanda y amorosa plática; no lo hizo, empero, porque para primera vista ya había alcanzado más favores que los que él se había atrevido a desear; que tal era la grandeza del enamoramiento en que por aquella hermosísima señora suya se encontraba, que a sueño y fingimiento de su deseo tenía el encontrarse a solas con ella y a sus pies, y asiéndola las manos, y gozando de la luz de sus ojos, que no encubrían el contento del alma, y encantado con la dulzura de su voz, que de ángel, más que de mujer le parecía.