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Los holothuridos, sumamente apreciados por los chinos, por suponer que es un poderoso afrodisiaco, constituyen para ellos un manjar exquisito, llegando á pagarse las especies stichopus y bodohschin, abundantes en Filipinas, á elevadísimo precio.

El humilde Francisco de Asís sube al cielo, y, si hemos de dar fe a la revelación que tuvieron sus hijos espirituales, fue a sentarse en el esplendoroso y elevadísimo trono que dejó allí vacante Lucifer después de su rebeldía. Y no dilato más mi razonamiento. Básteme concluir aconsejándote que no hagas el menor caso de que te hagan o de que no te hagan caso.

Le pasó por la cabeza que en su casa podría hallar Inesita un buen novio; consideró posible que en su casa saliese don Braulio de su obscuridad, y como le juzgaba pájaro de cuenta, vino a fingírsele en breve tiempo o Director general o Ministro, haciendo mil negocios útiles a la patria, y sobre todo a su marido; y no le pareció tampoco inverosímil que en su casa Beatriz y el Conde de Alhedín llegasen a enamorarse perdidamente el uno del otro; pero en esto no atinaba a ver Rosita, dado que ocurriese, y que ocurriese con la debida circunspección, nada de trágico, ni siquiera de desagradable para don Braulio, quien, según ella misma había declarado, le era simpático de veras, y de quien ya formaba elevadísimo concepto.

Es de ver la galantería del negro porteño. Prescindiendo, si es posible prescindir, del ambiente del salón, que es algo pesado, la cortesía y la urbanidad entre ellos son incomparables: el lenguaje incorrecto, pero elevadísimo. Se conversa con las mismas pretensiones con que se conversa en el gran mundo; se enamora con la misma gracia, con la misma compostura y con el mismo chic.

Casi en el medio de la habitación, junto a un escritorio elevadísimo, donde don Anselmo acostumbraba a escribir bajo el dictado de don Eleazar, sentado sobre un esqueleto de silla, estaba éste, desayunándose, delante de una mesita muy poco más grande que el plato en que comía.

El salón, en lo que toca a las dimensiones, era soberbio, amplio, elevadísimo de techo; ocupaba todos los balcones de la calle de Santa Lucía, exceptuando el del gabinete. La sillería antigua, pero no imitando formas de siglos remotos, como ahora se usa: estaba construida en el pasado al gusto de la época, y forrada de terciopelo verde ya gastado. La alfombra descubría el tejido por varios sitios. De las paredes colgaban algunos tapices magníficos.

Aunque el Dr. Cian diga poco ó nada sobre los mencionados escritores, todavía basta con los que celebra para hacer que se forme elevadísimo concepto de los jesuítas españoles emigrados en Italia y de cuanto trabajaron y escribieron desde 1767 hasta 1814. Acrecientan la elevación de este concepto, las nobles palabras con que el Dr.

Para infundir en la mente de mis lectores un elevadísimo concepto y para entonar un himno en alabanza de la Compañía de Jesús, no he de ir yo á buscar frases y datos en libros escritos por jesuítas, ni en disertaciones é historias de católicos fervorosos y hasta fanáticos, sino que tomaré los datos y frases en un autor inglés, criado en el protestantismo y librepensador más tarde: en el famoso historiador y ensayista lord Macaulay.

Por la izquierda recibía la luz de un patio estrecho, elevadísimo, formado de corredores sobrepuestos, de los cuales descendía un rumor de colmena, indicando la existencia de pequeñas viviendas numeradas, o sea de casa celular para pobres.

Excitada la curiosidad de todos, quisimos recorrerla luego que hubimos descansado unos minutos y lo hicimos en tropel, entrando y saliendo por las vastas habitaciones solitarias, turbándolas con nuestros gritos y risas. En la planta baja había un gran salón de techo elevadísimo, con pavimento de azulejos colocados en caprichoso mosaico.