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Su palabra era siempre fácil y pintoresca, ejercitándose con predilección en convencer a sus amigos cuando trataba de arrancar de ellos algún dinero para los pobres o para el culto de las iglesias. La rara volubilidad con que pasaba repentinamente de lo grave y patético a lo jocoso, y mezclaba en una súplica ardiente la sal de un dicho oportuno, la hacía irresistible.

Don Quijote, sin guardar términos ni horas, en aquel mismo punto se apartó a solas con el bachiller y el cura, y en breves razones les contó su vencimiento, y la obligación en que había quedado de no salir de su aldea en un año, la cual pensaba guardar al pie de la letra, sin traspasarla en un átomo, bien así como caballero andante, obligado por la puntualidad y orden de la andante caballería, y que tenía pensado de hacerse aquel año pastor, y entretenerse en la soledad de los campos, donde a rienda suelta podía dar vado a sus amorosos pensamientos, ejercitándose en el pastoral y virtuoso ejercicio; y que les suplicaba, si no tenían mucho que hacer y no estaban impedidos en negocios más importantes, quisiesen ser sus compañeros; que él compraría ovejas y ganado suficiente que les diese nombre de pastores; y que les hacía saber que lo más principal de aquel negocio estaba hecho, porque les tenía puestos los nombres, que les vendrían como de molde.

De estos hechos quiere inferir Condillac la confirmacion de su sistema; yo extraño que sobre datos semejantes se pretenda fundar toda una filosofía. Someto á la consideracion del lector las observaciones siguientes. El órgano de la vista ejercitándose por primera vez, debia ser sumamente débil, y por consiguiente servir de un modo muy incompleto para las funciones sensitivas.

En sus últimos tiempos, el notario llegó á sospechar que Ulises no iba á ser el jurisconsulto célebre que él había soñado. Huía de las clases, para pasar la mañana en el puerto ejercitándose en el remo. Si entraba en la Universidad, los bedeles le vigilaban, temiendo la largura de sus manos.

Su decir siempre acariciador y notado por el uso de expresiones tiernas había adquirido yo no qué nueva plenitud que le prestaba acentos más enérgicos. Andaba con más soltura, su pie mismo se había achicado ejercitándose en largas excursiones por difíciles senderos.

Todos los días, en un patio de su palacio de Petersburgo, le esperaba un monigote de tamaño natural hecho con la arcilla pegajosa y compacta que emplean los escultores, y permanecía ante él media hora ejercitándose. Lo importante no era asestar un golpe al enemigo, sino darlo bien, con la mayor profundidad y fuerza posibles.

El estruendo de las explosiones, completamente nuevo para la mayor parte de este gentío, le hizo huir con más rapidez que el miedo al coloso. Gillespie no quiso dejar que sus enemigos continuaran ejercitándose en el manejo de la artillería, y tomó el achicador que estaba en el fondo de su barca.