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Pero mejor que yo, relata lo sucedido entonces, autor tan grave y piadoso como el del manuscrito de Efemérides sevillanas, el cual dice: «El Provincial reconoció faltaba cantidad considerable de dinero de las arcas de la Redención, en las cuales, por supuesto, debía tener alguna intervención el maestro Vilches.

Se proveían por entonces los pilotos de unas efemérides perpetuas de la declinación del sol, deducidas de las Tablas Alfonsinas, con las cuales y la altura meridiana calculaban la latitud con error que podía llegar á dos grados.

Pero los perseguidores no se detuvieron y también entraron atropelladamente en el templo con las espadas desnudas, y hasta el pie del altar persiguieron al enemigo sin consideraciones ni respetos algunos, diciendo el antiguo manuscrito de efemérides sevillanas, donde se cuenta el suceso, que «el sacerdote se quitó la casulla y echósela encima al caballero; y apesar de esta prevención, sus contrarios le dieron de estocadas, pasando la casulla, y lo mataron.

Pero como no hay felicidad completa en este pícaro mundo, al mes, poco más o menos, de la mudanza, señalada en las efemérides zapatescas por la desastrosa muerte de Frasquito Ponte Delgado, empezó a resentirse Juliana de alteraciones muy extrañas en su salud.

Por mas que se comenten estas Efemerides nunca se llegará á desmentir por este lado lo que tan candidamente expresa el autor en cada uno de sus párrafos. Sin embargo, no es posible negar el mal uso que hizo Ibañez de este documento, en la formacion de su obra, titulada: El reino jesuítico del Paraguay.

Todo lo ocurrido en ese largo espacio de treinta y cuatro meses en que ha estado fuera de nuestra vista, merece algo de historia, y para ello aprovechemos las efemérides verbales de D. José de Relimpio, cuya amabilidad para el suministro de noticias es inagotable. 1873. 1.º de marzo.

A estas horas, el estudiante, no creyendo su buen suceso, y deshollinando con el vestido y los ojos el zaquizamí, admiraba la región donde había arribado por las extranjeras extravagancias de que estaba adornada la tal espelunca, cuyo avariento farol era un candil de garabato que descubría sobre una mesa antigua de cadena papeles infinitos, mal compuestos y desordenados, escritos de caracteres matemáticos, unas efemérides abiertas, dos esferas y algunos compases y cuadrantes, ciertas señales de que vivía en el cuarto de más abajo algún astrólogo, dueño de aquella confusa oficina y embustera ciencia; y llegándose don Cleofás curiosamente como quien profesaba letras y era algo inclinado a aquella profesión , a revolver los trastos astrológicos, oyó un suspiro entre ellos mismos, que pareciéndole imaginación o ilusión de la noche, pasó adelante con la intención, papeleando los memoriales de Euclides y embelecos de Copérnico; escuchando segunda vez repetir el suspiro, entonces, pareciéndole que no era engaño de la fantasía sino verdad que se había venido por los oídos, dijo con desgarro y ademán de estudiante valiente: " ¿Quién diablos suspira aquí?"

Un abogado, testigos, carceleros y carceleras, curiales, un oficial de litografía, hombres y mujeres del pueblo, porteros, tropa, etc. La escena en Madrid y principia en diciembre de 1875. Capítulo I Efemérides

Al poco tiempo fué preso, y en el manuscrito de Efemérides sevillanas, de donde tomo esta noticia, se lee: «Al cabo de veintiún meses de prisión en el castillo de Triana, lo degollaron y dieron garrote en el mármol de la Cuadra, y pasadas dos horas lo enterraron en el Sagrario, acompañándole más de quinientos clérigos y muchos religiosos de todas órdenes, y un grande acompañamiento del cuerpo

Como director de enseñanza, o ministro, o legislador, o periodista, fomentó casi todos nuestros progresos morales y materiales, desde 1853 hasta su muerte, ocurrida el 11 de septiembre de 1888, en la Asunción del Paraguay, adonde había ido en busca de alivio para su vejez ya fatigada. La fecha de su muerte es efemérides que se rememora todos los años en las escuelas nacionales.