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Viendo frai Alonso de Ojeda, prior del convento de frailes dominicos en Sevilla, este celo del bien público, representó á la reina los perjuicios que recibia la religion cristiana del mal vivir de los judíos conversos; i así para su remedio le suplicó porfiadamente i con elocuentes i vivas razones que diese permiso á los frailes de su órden para ser inquisidores del crímen de herejía; privilegio que gozaban los del reino de Aragon, siendo nombrados entre ellos para semejante cargo unas veces derechamente por el Papa, i otras por sus generales ó provinciales.

Media hora después llegó frente á la casa un capataz de los que Pirovani tenía á su servicio y al que confiaba siempre las misiones difíciles. Era un chileno avispado y muy ágil para salir de apuros, al que sus compatriotas apodaban el Fraile por haber sido sus maestros los dominicos de Valparaíso.

Y en un sublime exceso de su amor inmortal, mi madre fué la única mujer que un sacro beso depositó en las ruinas de mi carne mortal. De la Laguna, como Rizal y Cánon. Nació el 15 de Mayo de 1890. Interno con jesuítas y dominicos, se graduó de perito mercantil. En talante de poeta, tuvo una primera juventud inquieta y romántica, aunque al fin le sujetaron las realidades de la vida.

Mi tía había sido muy religiosa; aunque víctima en los últimos tiempos de un padre escolapio, que le había eliminado graciosamente algunos miles de pesos, su fervor por los frailes y monigotes corría parejas con sus entusiasmos políticos: de modo que a su entierro asistían todos los clérigos de las parroquias principales, correctos la mayor parte, y una delegación de cada cofradía: franciscanos, dominicos, etc., incorrectos bajo el punto de vista de la higiene personal.

Se le habían, en efecto, adelantado los Padres dominicos, a cuya Orden pertenecía el obispo.

Mas... escucha sus votos inmarchitos: Ni del tiempo los cursos infinitos, Ni el nuevo rumbo de tutela extraña. Extinguirán en tierra filipina La fe en tu amor, la fabla cervantina Ni este grito supremo: ¡Viva España! Nació en Manila en Abril de 1899. En San Juan de Letrán y en la Universidad de Santo Tomás, centros de enseñanza regidos por los frailes dominicos, se hizo bachiller y abogado.

A doce leguas del pueblo de Corpus, hacia la parte del este, hay una pequeña reducción de la nación Guayaná, nombrada San Francisco de Paula, que está a cargo de los religiosos dominicos; y aunque ya hace muchos años que se fundó, ni se aumenta, ni hay esperanza pueda permanecer con fruto; pues, aunque los indios manifiestan mucha inclinación a ser cristianos, hay muchos estorbos que dificultan el que se consiga el establecerlos a vida civil y cristiana.

Lo único que hizo fué dar algunos mordiscos al pan y al apetitoso queso que llevaba de repuesto. Por aquella parte del camino se cruzó el viajero con buen número de personas. Vió primero á dos frailes dominicos de negros hábitos, que pasaron sin mirarle siquiera, fija la vista en el suelo y murmurando sus oraciones.

Con más autoridad lo expresa una Real cédula fecha en Tordesillas á 20 de Noviembre de 1510 diciendo á los oficiales de la Casa de la Contratación de Sevilla: «Yo vos mando que demás del pasaje que agora mando dar á los frailes dominicos que van á las Indias, les deis á cada uno dos mantas y una jerga para hacer camas para que lo lleven en los navios en que han de ir, é se les quede allá, de los cuales yo les hago merced é limosna» .

No paré hasta la China, donde llegué con un intérprete que me dixo que era el pais donde se podia vivir alegre y libre: los Tártaros que le habian invadido todo lo ponian á sangre y fuego, miéntras que los reverendos padres jesuitas por una parte, y los reverendos padres domínicos por otra, decian que ganaban almas para el cielo, sin que nadie lo advirtiese.